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Había sufrido un infarto. Estaba en estado critico. El sábado por la mañana un amigo me reenvió la noticia: “¡Muere Julio Anguila!. El ex-alcalde de Córdoba ha fallecido en el hospital “Reina Sofia”. Me salió un ¡¡Ay!! profundo.
A continuación me escribió: “Pedro, creo que esto se merece un BD de Alcalde a Alcalde” ¿Por qué? -le pregunté-
“Me ha parecido sobresaliente que, a pesar de sus cargos políticos nacionales, lo que los medios más destacan es su paso por la alcaldía...”. La oportuna observación me hizo pensar...
Y ayer, al ver su féretro en el Salón de Pleno del Ayuntamiento de Córdoba, y a un centenar de personas en la calle que aplaudían emocionadas, comprendí que mi amigo llevaba razón.
La muerte de Julio Anguita se merecía un BD, titulado: “de alcalde a alcalde”, cruzando las fronteras ideológicas libremente, porque los alcaldes nos debemos al pueblo antes que a cualquier obstáculo partidista. .
También puedo escribir “de corazón a corazón”, porque los dos, con nuestros concejales, hemos sido incansables donantes de sangre para los vecinos, asociaciones, hermandades, comercios, industrias y, sobre todo, para las más necesitados, los que no escucha nadie...
Podría escribir un BD “de identidad a identidad”. Si él luchó por defender la identidad histórica y cultural de su ciudad, nosotros también lo hicimos con la nuestra, la ciudad más antigua de occidente.
Impulsando la idea del onubensismo: “La defensa de nuestra historia, tradiciones, señas de identidad, cultura, o sea, despertando el sentimiento, orgullo y pasión de ser onubense, en lo bueno y en lo malo...”.
Esta mañana, también podría escribir: “del dialogo a la tolerancia”, porque sin renunciar a nuestras convicciones, siempre estábamos dispuestos al dialogo, no sobre lo ideológico, sino sobre las acciones.
De ahí, la famosa frase de Anguita: “Programa, programa, programa”, donde venía a explicar que lo que desune a las ideologías lo pueden unir los objetivos y las personas.
Gracias a ello conté con el apoyo de IU, de Julio Anguita, en mis primeros cuatro años de alcalde y fuimos capaces de unir personas y objetivos de formaciones ideológicamente diferentes en favor del bienestar, el desarrollo y la calidad de vida de todos los onubenses.
En suma, hace 25 años fue posible el diálogo, el respeto y la tolerancia entre quienes no compartían las mismas ideas.
¿Por qué no repetirlo ahora, cuando España tanto lo necesita...? Tal vez, después de la vacuna y el empleo, sea lo más urgente en nuestro país.¡BUENOS DÍAS!