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Ayer, por la tarde, el pintor onubense, Pedro Rodríguez (imagen), presentó su magnifica exposición: “Visiones de la gran ciudad” en el Teatro Felipe Godinez, de Moguer.
El artista anubense ha sabido elegir la tierra natal de Juan Ramón para exponer la obra sobre Nueva York.
Pues, fue en “la gran ciudad” donde, en 1916, el premio Nobel contrajo matrimonio con Zenobia Camprubí y, un año después, escribió su libro: “Diario de un poeta recién casado”.
Para el moguereño, Juan Ramón, Nueva York se convirtió en el paradigma (ejemplo) de la modernidad al descubrir todos los elementos típicos de la gran ciudad: los transportes públicos, el humo en las calles, de las calefacciones, los carteles y las luces de los anuncios publicitarios...
Todo lo que Pedro Rodriguez plasma de forma divina en los cuadros de su exposición, con su pintura impresionista y estilo inimitable.
Al llegar al histórico pueblo, la luz rasante de la tarde iluminaba las calles blancas de Moguer, por donde Platero (suave y peludo) solía recorrer junto al poeta y Nobel de Literatura.
En ese momento, tenía la sensación de estar en el “templo de la cultura de Huelva”, para ver como un gran pintor es capaz de convertir el paisajes urbano en el arte de la belleza.
El publico asistente a la inauguración, podía gozar de la sugestiva y atractiva pintura envuelta en la luz y en el color.
El poeta moguereño, Juan Ramón, escribió: “Los colóres son para la pintura. lo que el alfabeto para la lengua , los números para las matemáticas y las notas para la música”.
Es, quizá, en el dibujo y en el color donde resida uno de los secretos del éxito de pintor, Pedro Rodriguez, quien, pese a su juventud, es considerado por la critica como uno de los mejores pintores onubenses del siglo XXI.
Al regresar a Huelva, sobre las diez de la noche, el sol se estaba acostando en el lecho de las marismas, en la otra orilla del Tinto y el Odiel.
Me acordé de Francisco Garfias, biógrafo de Juan Ramón, quien me contó que Juan Ramón, se inspiraba al escribir sus poemas, mirando las puestas de sol entre los pinares de la Rabida.
Por ello, tomé mi movil e hice la foto del atardecer que ilustra este BD, lleno de arte y belleza. ¡BUENOS DÍAS!