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Manuel Romeu falleció a finales de Agosto. Le repitió un fuerte ictu y, el que fuese diez años Hermano Mayor de la Hermandad de la Cinta, ya está eternamente en el cielo del Conquero (imagen ilustrativa)
Manolo fue un símbolo del onubensismo. Quería y defendía a Huelva con toda su alma. Sus tradiciones, sus costumbres, su Recre, sus fandangos, en suma, su cultura. Se sentía profundamente orgulloso de ser onubense.
En la alcaldía lo recibí, varias veces, como Hermano Mayor de la Patrona de la ciudad. Tuvimos largas conversaciones con un alto nivel de coincidencias. La principal fue siempre el amor a Huelva.
A Manuel Romeu lo distinguía su fuerte y rica personalidad. Atento, listo, hábil, trabajador, soñador, decidido, extrovertido, nervioso, responsable, cordial, entusiasta...
Ël nunca olvidaba sus comienzos de meritorio (desde abajo) en el Colegio Farmaceutico y como, por su inteligencia natural, llegó a ser una personas clave de la institución.
Siendo Hermano Mayor de la Hermandad de la Buena Muerte dio el primer y decidido paso para trasladarla a la Iglesia de las Agustinas.
En la capilla del Santuario de la Cinta acometió la última reforma y le cantó a la Virgen en múltiples ocasiones: “A ti, Señora y Reina de Huelva /a Ti, mi Virgen bonita / a Ti, mi Madre del Cielo /a Ti, mi Virgen chiquita...”.
“NUBLARSE EL SOL DEL CONQUERO”
Manuel Romeu fue también pregonero de la Semana Santa de Huelva y de otras Hermandades como, por ejemplo, de la Esperanza: “¡Huelva estalla de contento, cuando sale la Esperanza! /Es la reina de las flores que su hermosura resalta /hacia un mar de corazones...”
Del pregón de la Semana Santa en 2014 recuerdo sus emotivas palabras a los hermanos costaleros:
“Por eso.../ cuánto me agradaría /lo digo como lo siento /si Dios me diera a mi vida/ y pudiera conocerlo /que cuándo fuese mayor /me dijese a mi, mi nieto: “¡Dame abuelo tu bendición /que quiero ser costalero!”.
Como Presidente de la Peña Flamenca mantuvo una fuerte amistad con Paco Toronjo, a quien rendía culto cantándole, como buen aficionado que era, el fandango con cuya letra más se identificaba: “Y la Cinta en el Conquero. Tengo mi barca en la ría. Con un fandango alosnero, yo le digo Huelva mía lo mucho que yo la quiero...”
Podrá nublarse el sol del Conquero eternamente. Podrá secarse en un instante el mar que baña a Huelva. Podrá apagarse la voz de los flamencos. Pero siempre quedará viva la llama del amor de Romeu a su tierra y a su gente. ¡BUENAS TARDES!