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Estaba en el centro de la plaza, ante la mirada de miles de espectadores. El torero era la imagen de la soledad.
En ese momento, el matador dice a su cuadrilla la frase sacramental: ¡Dejadme sólo!. Solo frente al toro, solo ante el público y, quien sabe, si también solo ante la muerte...
La plaza guarda silencio. En el centro del redondel hay un torero que maneja un paño rojo, la muleta, con mucho cariño, duende y valor.
De repente, el torero cita al toro desde lejos: ¡ea el momento del “litrazo”!. Las gradas tiemblan de emoción y sentimientos, convertidas en un rio de rostros con lagrimas en los ojos.
Año 1950. Huelva era una ciudad pequeña y entrañable. Los paseos por la calle concepción. Los dulces de la confitería Jorva y el “Buen Gusto”. Los kioscos de “Manuel” y de las patatas fritas de la Plaza de las Monjas. La Fuente Magna, El Brasil Chico y grande...
Los paseos dominicales a la Cinta, a a la Punta del Sebo, al cine en el Mora, el Rabida o el Gran Teatro y, cada quince días, al Velódromo a ver jugar al Recre de los Zumalabe, Joselín, Damián...en Tercera división. El Litri era el ídolo de los aficionados taurinos, de la “Huelva de los 50”.
El hombre que, al torear hacía temblar el coso de la Merced, había nacido torero en la dinastía de los Litri. (Imagen monumento en la calle San Sebastián)
Miguel, vive una semana de emociones y recuerdos, al celebrar dos fechas históricas de su vida: cumplir noventa años. Celebrar la fecha en la que se cumplen setenta años del día de su alternativa en Valencia, el 12 de octubre de 1950.
Este día de su doctorado en tauromaquia, fue festejado por los onubenses con mucha alegría, lanzando continuos cohetes al cielo blanco y azul de Huelva, desde las tertulias “Litri”, de la calle San Sebastián (Pepe Ramos) y del Matadero (el Lolo).
Miguel, ha pasado el verano en la playa de Punta Umbria, en plena forma fisica. Tanto que hasta podría torear en la próxima feria...
Con 25 años (imagen) fue soberano en el orbe taurino, a los 57, padrino de la alternativa de Mii, su hijo y con 90 años, todavía no se ha curado de la “enfermedad”. ¡Por él no ha pasado la edad taurina!
Hoy, lo recordamos por ser una seña de identidad en la historia de Huelva. Por haber hecho feliz a miles y miles de onubenses en sus tardes de gloria y triunfos por las plazas españolas.
Amigo Miguel, te dedico el BD en fechas señaladas para ti. Sabes que te aprecio, hemos compartidos momentos importantes de nuestras vidas y siempre he contado con tu afecto y amistad. Hemos tenido amigos comunes como el santo Paco Girón o el inefable, Pedro Macias.
Y, sobre todo, por ser como eres: Callado. Sencillo. Coherente. Tranquila. Prudente. Respetuosa. Recto. Educado. Artista. Afortunado. Valiente en la plaza y en la vida...
Esta mañana, al sentarme a escribir, me he dicho a mi mismo: ¡Dejadme solo!. Solo frente al toro del olvido, solo para rescatar la memoria del “Litri”, un torero nacido para la eternidad. ¡BUENOS DÍAS!