"Emoción y sentimientos"

por Pedro Rodríguez

Pedro Rodríguez González

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Esta tarde llegan las Hermandades de Huelva y de Emigrantes. Escribo el último BD de la serie sobre un Rocio 2020 diferente, de fe, emoción y sentimientos.

La diferencia ha estado en el lugar geográfico en el que se ha celebrado. ¿Dónde?. En el corazón de cada rociero.

Y eso que la posmodernidad, con la cultura del individualismo, del desapego y del olvido, no ayuda nada.

Pero, Andalucia. Huelva, siendo modernas, demuestran siempre su amor por el Rocio, tradición heredada de los antepasados.

Ha sido un “personaje inhumano” y poderoso, quien nos ha “robado” el Rocio. Fiesta de valores compartidos y costumbres transmitidas de una generación a otra.

El virus no conocía la fe de los almonteños en su Virgen del Rocio, ni la del millón de rocieros que, en lugar de deprimirse, han hecho de la desgracia virtud, disfrutando de un Rocio diferente.

Un Rocío vivido en el corazón, la emoción y el sentimiento. Más afectivo que nunca, con los recuerdos (fotos) de las vivencias externas (amigos) y las experiencias internas ( Blanca Paloma).

“TIEMPO DETENTE...”

Si lo piensas bien, para haber sido un Rocio virtual, ha triunfado el poder de las emociones.

El motor que mueve a la sociedad. Las que humanizan al propio ser humano.

¿Y al virus...?. No lo sé. El lunes, día de la Virgen del Rocio, fue el primero registrado en España sin ningún muertos por el virus.

No es una casualidad que el coronavirus haya reactivado el sentimiento religioso, y fortalecido el amor a la Virgen del Rocio.

En este estado de ánimo, los romeros decían: “Rezar quisiera señora /Las palabras no me salen /Mi corazón llora y llora /Que no quieren conformarse /Con dejar a mi Pastora”.

La pandemia del Covid-19, como sucedió durante otras epidemias, ha demostrado que el ser humano necesita creer para superar la limitaciones de la existencia, del presente y las suyas propias, como especie e individuo.

En este “Rocio Diferente” 2020, que hoy termina con la llegada de las Hermandades, han resurgido los sentimientos religiosos más trascendentes que alientan, transmiten esperanza y hacen feliz a la gente.

Si supiera cantar terminaría cantando: “Tiempo detente /Qué es tan grande el consuelo /Que mi alma siente /Que duren mis anhelos eternamente!”. ¡BENOS DÍAS!