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En España, la curva de la pandemia se sigue aplanando, a ritmo lento pero seguro. El número de contagios está estabilizado, el de fallecidos también, a pesar del repunte del fin de semana, las UCI se van normalizando y el número de altas asciende a 43.000 personas.
Los datos son orientativos, pues no se pueden saber los números reales hasta que no se hagan los suficientes test de diagnósticos.
La cifras no son homogéneas porque hay zonas, como Madrid, donde el 40% de la población ha podido pasar la enfermedad, mientras otras, como, por ejemplo, en Huelva los afectados sólo llegan al 4%.
En Andalucía sigue bajando el número de contagiados, por cuarto día consecutivo. Hay Hospitales que están dejando plantas completas sin enfermos de coronavirus, y novecientas personas han recibido el alta, mientras eran aplaudidas por médicos y sanitarios.
Los datos en Huelva son muy buenos, con sólo 252 positivos, 16 fallecidos y 19 personas curadas.
Aunque no me pueda alegrar plenamente de ellos, hasta que no lleguemos al final del drama, si quiero resaltar su coincidencia con el día grande y mariano de la Semana Santa de Huelva.
En el miércoles Santo, Huelva se rinde ante Maria, coronada como Reina en Esperanza y Victoria, predilectas de miles de onubenses.
Por ello, si hoy hubiera procesiones me iría con Carmen, nada más comer, a la Barriada del Carmen a ver salir el espectacular paso del Prendimiento. Ejemplo de Hermandad hecha a base de la fe y el sacrificio.
Luego, si nos damos prisa, llegaríamos a tiempo de acompañar el paso de la Victoria por su bajada del Barrio Obrero, y vivir la emocionante salida por el viejo arco, con el nombre inglés de “Barrio Reina Victoria”, entre los aplausos, la emoción y los vivas de la multitud.
A continuación, el paso majestuoso de la Virgen acelerará su marcha por la Alameda Sundheim, para llegar a la carrera oficial.
Si en el camino viéramos a nuestro amigo Rafael Prada, le pediríamos que nos recitara el bello poema de su Pregón del 2005:
“¡Victoria!. /¿Quién viene? ¡Quién viene sembrando flores de primor por la Alameda?... ¿Quién viene?- preguntan todos- y se repite la historia: por la Alameda del cielo. Maria de la Victoria”.
Con las imágenes de la “Alameda del cielo”, en nuestra retinas, saldríamos corriendo hacia la Concepción para ver la salida de la Hermandad de la Santa Cruz: solemne, elegante y precedido del tintineo de una campanilla, rompiendo el silencio de la gente extasiadas con la imagen del Señor de la Providencia contemplado por Maria Santísima Madre de Gracia.
Para culminar a lo grande el miércoles Santo en Huelva nos iríamos a la calle Miguel Redondo, donde la Niña de Huelva, le cantaba a la Virgen las saetas más bonitas del mundo: ¡Qué bella vas Esperanza!. ¡Qué hermosa con tanta pena!.
El día grande de la Semana Santa de Huelva se está terminando. La noche es serena y clara. “La virgen de San Francisco ya no puede ser espera, sino fuente de luz viva, cuando por Huelva navega”
Esperanza y Victoria. No olvidemos estos dos nombres propios hasta vencer el virus. ¡BUENAS TARDES!