"Hay Esperanza"

por Pedro Rodríguez

Pedro Rodriguez

Pedro Rodríguez González

Publicado el - Actualizado

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Veo, Veo

“Veo, veo. ¿Qué ves?. Una cosita. ¿Qué cosita es?: empieza con la A, ¿que será, que será?:  ¡El Parque!. No, eso no, eso no, eso no es así. Con la A se escribe amor, la alegría del amigo y un montón de cosas más.  

Veo, veo. ¿Qué ves?. Una cosita. ¿Qué cosita es?: empieza con la E. ¿Que seré, que seré que seré?. ¡El miedo!. No, no, no,  eso no, eso no, no es así. Con la E de la emoción, ante la enfermedad, mejoramos la actitud, encontramos la verdad y vivimos la  esperanza. 

He iniciado el BD parafraseando la canción infantil de Teresa Rabal como homenaje a los millones de niños y niñas que, esta mañana,  se han quedado en casa, confinados por orden del  gobierno. 

Los pequeños que no pueden razonar el porqué se preguntarán, como en la canción, ¿qué será, que será, que será...? Los padres, en cambio, afrontan el encierro con disciplina extrema. 

Si me preguntaras que estoy viendo: veo a un gobierno desbordado, agobiado e intentando liderar las actuaciones y medidas de las 17 CC AA, con el objetivo de frenar mejor el avance del traicionero virus. 

Veo las calles vacías, porque la ciudadanía se ha tomado muy en serio la cuarentena (15 días confinada en casa), decretada por el gobierno. 

Veo a pocas personas que van a comprar a la Plaza o al Supermercado, a la farmacia, al kiosco de periodicos, al médico... con el único ruido callejero de la circulación de coches de policías y autobuses públicos. 

Hay Esperanza

Esto es Huelva, la provincia de menor número de casos positivos, con sólo tres en la capital y otros tantos entre Lucena, Valverde y Punta Umbria. 

Veo, en vídeo por la red,  a Paco Millán cantar sevillanas en su balcón de Tres de Agosto, mientras sus vecinos lo acompañan con alegría.

Veo, otra vez, a la ciudadanía aplaudir a todos los sanitarios que, como soldados de infantería, están en la primera linea de fuego de esta guerra biológica contra un enemigo invisible. 

Veo en Facebook  a jóvenes y menos jóvenes, ofreciéndose a ayudar a los mayores que no pueden desplazarse de forma gratuita y solidaria. 

Veo que somos mejores personas de lo que nosotros mismo nos creemos, y, por ello, en este caso ofrecemos todo lo que tenemos dentro de nuestro corazón, sin pedir nada a cambio. 

Veo como la libertad y la salud se asemejan mucho. Sólo le damos su verdadero valor cuando nos faltan. 

En estos momentos, en el que un enemigo invisible muta a nuestro alrededor, sin preguntar por ideologías, fronteras ni riquezas, veo más claro que nunca el camino a seguir, sin comprender a los nacionalistas. 

¡Adelante todos juntos!. Hay esperanza. ¡BUENAS TARDES!