"Las huellas de Alejandro"

por Pedro Rodríguez

Rodri

Pedro Rodríguez González

Publicado el - Actualizado

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El BD de ayer, se lo dediqué, con todo mi corazón, a mi amigo, Alejandro Quintero (28 años), tras perder su vida en un accidente de moto.

El mismo ha batido todos los récords de reacción en un BD de mi página de Facebook, con nueve años de vida.

Lo habitual, en ella, es la participación activa de un centenar de personas diarias, aunque, me consta que lo pueden leer, sin interactuar, miles de personas.

El de ayer ha batido todos los récords de reacción, cariño y emoción de dos mil personas, entre “me gusta”, “compartir” y “comentarios”.

Un hecho excepcional que, esta mañana, me lleva a compartir contigo dos reflexiones:

La primera, sobre el liderazgo personal de Alejandro, con sólo 28 años. Una compañera de trabajo, le dedica estas palabras: “No merecias este final… Siempre que estabas, tú, en el trabajo se te sentía aunque no se te viera…Era energía que vibraba muy alto…”.

Como ves, lo considera un verdadero líder, no por el dinero ni el poder, sino por su sonrisa, alegría, humildad, sinceridad, energía, lealtad…

El verdadero liderazgo no está siempre en los político importantes (Obama) o empresarios de éxito, como Amancio Prada, (Zara).

“EL LÍDER DE “LA PUERTA DE AL LADO!”

Hay lideres sociales, como el caso de Alejandro, que lo tenemos en nuestra misma “puerta de al lado”, y no nos damos cuenta, de ello, hasta que se mueren.

La segunda reflexión es sobre la importancia de vivir feliz el día de hoy, pues el mañana no está escrito y no sabemos que sucederá…

En este sentido, otra compañera de Alejandro escribe: “Aún no me lo creo. Alguien tan especial, bueno, alegre y lleno de tanta vida. ¡Qué pena!, con tantos planes de futuro…”

Con el accidente de Alejandro hemos visto como sus planes de futuro se han quedado rotos en el asfalto de una carretera.

Por ello, el BD de esta mañana lo prefiero terminar con un canto a la vida: “Nadie tiene la vida comprada. Todo acaba en un abrir y cerrar de ojos, sin que te des cuenta…Así que no grites, no ofendas, no juzgues, no humilles. Llora, ríe, salta, disfruta, ama…

Pero, sobre todo, sé tu mismo. Si caes, levántate y sigue. No olvides que, vayas donde vayas, tus huellas quedarán para siempre”. ¡BUENOS DÍAS!