"El Príncipe de las tabernas"

por Pedro Rodríguez

Rodri

Pedro Rodríguez González

Publicado el - Actualizado

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“Mis padres tenían tierras con plantaciones de uvas. Con ellas hacían un mosto muy bueno. Mi padre murió con 65 años y mi madre con 88”. ¿Tan mayor?. “Si, con 30 años más que mi padre”.

“Mi madre luchó mucho en la vida. Su trabajo era llevar vino en burro desde Bonares a Nerva” ¿Tan lejos...?. “Si, ella iba campo a través, cuando no existían las carreteras de hoy en día...”

En los años cincuenta, sus padres, como otros familiares y viticultores de Bonares, abrieron distintas tabernas en las esquinas de Huelva.

En aquel tiempo, las tabernas no sólo servían para beber vino, sino como centro de reunión social donde nacía la amistad.

El nacimiento del niño pequeño de los “taberneros”, supuso una alegría en la casa. Los padres lo mostraban a los clientes: “¡Mirar nuestro niño: parece un príncipe...!- exclamaban emocionados-.

Aquel “príncipe de las tabernas”, ha cumplido 63 años. Mide sólo 1,53 metro y se ha convertido en el “príncipe de las paradojas”.

Socarrón, sencillo, creyente, conversador, recorre las calles céntricas de Punta Umbria, parándose en las tertulias que tanto lo aprecian.

Ayer, tuve la suerte de hablar con Mateo en la calle Ancha, junto al edificio del Mercado, frente a la Iglesia del Carmen.

¿QUIÉN ES EL QUÉ ESTÁ CON MATEO...?

Es muy popular. Y él lo sabe. Mateos rebozaba felicidad cuando me afirmaba: “Perico, ¡ yo soy famoso!”.

Y tanto que lo es. Doy fe de ello. Mientras estuve con él lo saludaron mucho más que a mi. Incluso, alguno se preguntaría: ¿Quién es el que está hablando con “Mateito”...?.

En la conversación, me contó cosas que se contradecían a si mismas. Por ello me atrevo a darle el título del “príncipe de las paradojas”.

La primera impresión es la de ser una persona antipática, pero cuando lo tratas resulta guasón, irónico y astuto.

Vive obsesionado con el Recre, por el cual es capaz de darlo todo, a pesar de no ser socio del decano.

Ha crecido y trabajado entre los barriles del mosto de Bonares, y no ha tomado una copa de vino en su vida.

Es hermano de la Hermandad de los Judios, desde el año 57, pero jamás ha salido en procesión, vestido de Nazareno.

Puede pasar como una persona acomplejada y, sin embargo, tiene un alto aprecio de si mismo (autoestima).

Presume de “ligar”, de tener muchas amigas, pero ninguna ha sido su novia. Es un soltero de libro...

Este es el retrato, entre dos luces, de Mateo Pérez (Mateito). Un hombre bueno. Nacido para “príncipe de las tabernas”., y que ahora se pasea por la vida como el gran “príncipe de las paradojas”, al grito de: ¡Viva el Recre!. ¡BUENOS DÍAS!.