"El semáforo del amor"

por Pedro Rodríguez

ctv-7fo-whatsapp-image-2021-07-01-at-090649

Pedro Rodríguez González

Publicado el - Actualizado

1 min lectura

Déjame que, hoy, te cuente una historia reciente y preciosa: Un amigo, a quien le faltaba el por qué para vivir, lo encontró al cruzar un paso de peatones, en lo que podríamos llamar: “El semáforo del amor”

Fue un hallazgo inesperado. Y, el hecho, nos confirma que el sentido de la vida no es algo que se invente, sino que se descubre por el camino.

Mi amigo, sin buscarlo, sintió un flechazo con la mirada de una mujer, que transitaba por el mismo paso de cebras.

En ese momento, pudo pensar como Mario Benedetti: “Más que sus ojos, su mirada /Miraba como queriendo decir algo y no diciéndolo”.

Lleva razón. Lo bonito no son los ojos, son las miradas. Mi amigo escuchó los ojos de aquella mujer y se le acabó el silencio de su alma.

“PASO DE PEATONES”

Cuando cruzó el paso de peatones, y pisó el suelo de la acera, sabía que su mayor riesgo era no arriesgar, que no debía esperar a tenerlo todo para disfrutar de la vida, que ya tenía la vida para disfrutar de todo.

A partir de encontrar el por qué para vivir, mi amigo (67 años) era una nueva persona, como si viviera por segunda vez.

De repente, lo imposible se había vuelto posible, resultado de un trabajo interior lleno de intención.

Ahora, posiblemente, el reto de ambos será caminar despacio por el gran paso de peatones de la vida y disfrutar de ella.

Eso si, sin dejar de mirar la luz verde del semáforo del amor, hasta llegar a hacer eterno lo efímero del paso de peatones. ¡BUENOS DÍAS!