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Esta mañana, como otras muchas, me he levantado antes de la salida del sol. Al llegar a la cocina, a desayunar mi “leche con cereales”, me saludó el cielo con mi color favorito del amanecer.
Me puse muy contento: ¡Qué bonito!. ¡Qué espectáculo!. Pensé: una noche jamás puede derrotar al amanecer.
Y menos después de que, ayer, el sol, al irse a dormir, me había prometido que esta mañana se levantaría con más resplandor.
Lo ha cumplido. La mañana es hermosa. El sol ha salido, para todos. Tenia pensado escribir de “la emoción en el deporte”, pero viendo el precioso amanecer, en el mismo día que viene el Otoño, he cambiado el tema y lo hago sobre él.
Lo mismo que el amanecer está lleno de simbologías: renacer espiritual, nuevas oportunidades, juventud, motivación, felicidad...El Otoño también es conocida popularmente como una estación melancólica, de balances emocionales, ocaso meteorológico, contemplación de la lluvia (ojalá en Huelva) y paseos sobre los mantos de hojas marchitas...
¿Qué poeta no nos ha dejado sus impresiones del Otoño?. Para Mario Benedetti, es: “Un bello canto a la vida”. A Pablo Neruda: “Una mano de congoja, llena de Otoño el horizonte, y hasta de mi alma caen hojas”. Antonio Machado nos describe la mística del paisaje otoñal español.
Nuestro Nobel, Juan Ramón, confesó: “¡Oh!, prado bello que deshojas tus flores”. En otra magistral pincelada poética en el gran lienzo de octubre.
Y que decir del “Otoño triste” de Miguel Hernandez o de Manuel Machado: “Me siento, a veces triste como una tarde del otoño viejo”.
Termino. El sol aprieta fuerte. He bajado la persiana, pero sigue entrando el sol. Todavía huele a amanecer.
Dentro de unos días, mi amiga Polonia, allá en la sierra de Huelva, recitará una vez más: “Los árboles de mi patio /se están poniendo dorados /El otoño de otros años /ha vuelto y los ha pintado. Pronto se caerán sus hojas /Y el viento las llevará /Y cuando llegue el invierno /Ni una hoja quedará”.
Ha venido el Otoño envuelto en un maravilloso amanecer. ¡Qué suerte!. “BUENOS DÍAS”