El año de la Esperanza

"Confío también en que desde luego podamos disfrutar de ese mayo único, soñado y anhelado por todos los rocieros, en que podamos acompañar a la Virgen del Rocío"

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Retomo tras un tiempo de descanso navideño mi colaboración con COPE-Huelva, y siendo éste mi primer artículo del nuevo año, tengo que empezar deseando a todos los amigos y amables lectores, que el 2022 venga cargado de salud, felicidad, de todo lo mejor… y que en él, veamos cumplidos nuestros más nobles propósitos.

Pero aparte de eso, mi mayor deseo es que sea éste el año en que volvamos a la normalidad, en el que dejemos de hablar del dichoso covid, de tener que oir todos los días, en todos los medios y hasta la saciedad, las cifras de contagiados, los ingresos hospitalarios, las variantes… y como no, la imposición de más restricciones y limitaciones en nuestras vidas.

Llevamos ya dos años sufriendo las consecuencias de esta pandemia, que han sido muy duras y muy tristes; todos sentimos al principio mucho miedo ante la incertidumbre y la gravedad de esta enfermedad que nos llegaba, y lamentábamos sobrecogidos las muertes de tantas personas, muchas de ellas en soledad, sin la cercanía siquiera de sus seres queridos. Cumplimos, responsablemente, todas las recomendaciones que nos hicieron desde el primer momento y hasta asumimos las durísimas limitaciones, hasta entonces ni siquiera imaginables, en nuestra forma de vida y en nuestra libertad como ciudadanos.

Pero dos años después, afortunadamente, la situación ha cambiado y ya las circunstancias son otras. Entre otros motivos, porque gracias al gran esfuerzo de la ciencia, llegaron las vacunas, y en España, confiando en las recomendaciones de los médicos, y venciendo las naturales reticencias iniciales, cerca del 90% de la población nos hemos vacunado, muchos hasta con tres dosis. Y las consecuencias han sido muy positivas, pues la enfermedad, incluso con esta última variante omicron, cursa con una sintomatología mucha más leve, y en la mayoría de los casos, de forma asintomática.

Cierto es, que todavía hay casos de gravedad e incluso desgraciadamente acaban con el fallecimiento de la persona, pero así ocurre también con otras muchas patologías, desde las más leves, como la gripe, que todos los años causa miles de muertes, a otras más graves, que parece como que no existieran, y que sólo tuviéramos que preocuparnos por el covid.

Y a esto contribuyen enormemente los medios de comunicación y otros muchos agoreros que se hacen eco siempre de todo lo negativo, que nos ponen en el peor de los escenarios, como si estuviéramos todavía en los primeros compases de esta enfermedad, como si no hubieran pasado estos dos años. Son los que, si por ellos fuera, tendríamos que soportar todo tipo de restricciones y estaríamos todavía encerrados en casa, y continuamente nos sermonean y nos tachan de locos e irresponsables, a los que entendemos que hay aprender a convivir con el covid, como con todas las demás enfermedades que nos aquejan, actuando siempre de forma responsable, pero volviendo ya a la normalidad de siempre en nuestras vidas.

Afortunadamente parece que la vida se va abriendo paso, y que venciendo miedos y temores, queremos volver a la normalidad. Hemos disfrutado de la Cabalgata de Reyes, en Almería se ha celebrado la primera Romería del año, en honor de la Virgen del Mar, Huelva anuncia sus carnavales, y hasta los responsable públicos andaluces, manifiestan que no ven, con los datos actuales, ningún motivo para que no pueda celebrarse la Semana Santa, con nuestras cofradías por la calle, haciendo su estación de penitencia.

Y si todo esto es así, como de todo corazón espero y deseo, confío también en que desde luego podamos disfrutar de ese mayo único, soñado y anhelado por todos los rocieros, en que podamos acompañar a la Virgen del Rocío, en su traslado de vuelta al Santuario, y a los pocos días, encontrarnos por nuestros caminos de siempre, peregrinando hasta la aldea, para celebrar la Romería del Rocío.

Estos son mis deseos para este nuevo año. Confiemos en que se hagan realidad, y que el 2022 sea de verdad el año de la Esperanza, en el que volvamos a disfrutar de la normalidad en nuestras vidas, de nuestras fiestas, tradiciones y celebraciones, y de la cercanía y el afecto de nuestros seres queridos, con los que compartimos todas esas cosas.

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