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Un grupo de internos del Centro Penitenciario de Huelva han realizado la anual peregrinación al Rocio. Partieron al amanecer del martes y llegaron ayer, tarde, a la aldea almonteña.
He tenido el honor de ser el pregonero de los 20 años de peregrinación. Una fecha histórica para el Centro y, especialmente, para la Asociación “La Libertad”, formada por voluntarios solidarios con la idea.
Como pregonero de la misma, estuve con los presos en el momento de la partida y, también, en el de la llegada a la Ermita del Rocío, en la misa ante la Blanca Paloma.
Terminada la ceremonia le pregunté a una de las peregrinas, qué le habia dicho a la Virgen. Muy emocionada, me respondió: “ Le he dado gracias, gracias. Llevaba nueve años esperando este momento...”.
¿Te queda, aún, mucha condena?. “No, ya he salido con algunos permisos. Espero tener pronto la libertad...”.
“TÚ SABES MI VIDA”
Después me dirigí a uno de los compañeros de la maravillosa peregrinación: ¿ Y tú, que le has pedido a la Blanca Paloma? Me respondió con alegría: “La Virgen y yo, nos comprendemos al mirarnos... Le he dicho: ¡Tú, sabes mi vida!. Lo que estoy pasando. ¡Mira, alcalde, esa es mi familia!: mi mujer y mis hijos que han venido a acompañarme este ratito... A la Virgen del Rocio le he pedido su ayuda, comprensión y amor...”.
Terminada la misa oficiada por el padre Emilio, capellán de la Prisión, nos hicimos la foto oficial delante de la Señora, la reina de las marismas. Si miras bien la foto (imagen ilustrativa) verás a los peregrinos con sus rostros cansados, cubiertos del polvo del camino, pero muy contentos y felices con la experiencia vivida.
¡SÓLO FALTAN 363 DÍAS...!
La peregrinación, como decía, ha estado conducida por el grupo solidario de la Asociación “La Libertad”, (no han podido ponerle mejor nombre).
Pues el camino ha sido un canto a la libertad. Desde el día de la partida, los peregrinos pusieron puertas al llanto. Sólo hablaban de la esperanza, nunca hablaban de la pena .
La única pena ha sido la del escaso tiempo de libertad ( 2 días). Ésta se les ha ido a cada paso que daban por el camino, convertido en una alfombra de tomillo, albahacas y romero.
Este Buenas Tardes sólo pretende animar a quienes, anteayer, dormían en el camino, sin rejas ni puertas al campo, y, esta noche, han vuelto a dormir en la soledad de su celda.
Quiero pensar que a primeras horas de la mañana, cuando la luz haya entrado por las rendijas entreabiertas de las ventanas de las celdas de los peregrinos, éstos se han levantado y le han puesto al jueves una cruz en el calendario. Escribiendo: ¡Sólo faltan 363 días para vivir, otra vez, la libertad del camino del Rocio!.