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El día de ayer nos dejó tres hechos destacados: El primero fue la cifra de fallecidos, sólo 399. El número más bajo desde hacia un mes.
El segundo, el acuerdo entre Pedro y Pablo para unir a las fuerzas políticas en el Congreso.
Te acuerdas de la pregunta en el BD de ayer: ¿Para qué sirven los políticos?. Pues, Pedro y Pablo estuvieron a la altura debida, Sanchez cedió en sus pretensiones, y acordaron unir las fuerzas en el Parlamento, sin pactos ni control de la Moncloa.
Es decir, el Parlamento como un servicio esencial, un “Hospital de la democracia”, con cientos de diputados convertidos en “médicos” de atención primaria de los heridos por la pandemia. Unos llegaran con heridas emocionales (fallecimientos). Otros, económicas (paro, cierre empresas...). No faltarán los que presentan problemas de salud social por los cambios de hábitos en las relaciones sociales (abrazos, saludos, distanciamiento...) y en la limitación de ocupación de los espacios públicos.
El tercer hecho relevante fue el que, por primera vez desde el inicio del confinamiento, la gente estuviera todo el día hablando sobre cuándo y cómo pasaremos a la vida normal. ¿Con quién saldrán los niños...?
La dura realidad es que hay 40 millones de personas en sus casas desde hace 35 días, confinados por el decreto del Estado de Alarma, reforzado por el miedo colectivo al escuchar las dramáticas cifras de muertes que diariamente se cobra el coronavirus.
Después de 35 días en casa, cumpliendo a rajatabla el eslogan tan popular de “yomequedoencasa” es totalmente lógico la aparición del cansancio y la fatiga producida por la rutina.
Si a esto le unes el saber que los datos de la pandemia mejoran por día y, en algunos sitios, como Huelva, son excelentes, todavía se entiende más que la gente hable y quiera volver a la normalidad de sus vidas, respirar aire puro y decirle al mundo que nosotros no tenemos miedo, porque el miedo mata más gente que el virus.
En este ambiente de espera a que nos abran las puertas, recibo la llamada de Manu Suero (@Comunicatura), un periodista de raza y gran olfato de lo importante.
Mi amigo, profesional de la comunicación, me propone la realización de un vídeo de 2 minutos en el que manifieste mis deseos para el día en que salgamos a la calle: “Mis ganas de volver a verte”.
¿Qué cuáles son esas ganas sencillas y normales?. No te las digo. Escúchalas en el vídeo. ¡BUENOS DÍAS!