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A las once de la mañana, me acerqué a saludar a mi amigo, Manuel Jesús Soriano, a su librería “La Dama Culta”. Enseguida le propuse, como siempre hago, sentarnos a hablar en el tresillo central del virtuoso espacio.
Hablamos de su última novela “La Persiana Rota”, en homenaje a su madre, y del grupo “Ayúdanos a Ayudar”, formado por “gente buena” que colaboran en el Hospital de Huelva y con la Asociación de Sevilla: “Por la Sonrisa de un Niño”.
Manuel Jesús se emocionaba explicándome con lo poco que se puede hacer feliz a niños que luchan entre la vida y la muerte, ajenos al mundo artificial en el que nos movemos los mayores.
Y cuando estaba a punto de caérsele dos lagrimas, llegó a la Libreria el periodista y escritor, Emilio Marin. Venía a hablar de su “libro”.
Fue el reencuentro con un viejo compañero del periodismo, que acaba de publicar una nueva novela: “El Secreto del Limonero”, Emilio me contó que la historia que cuenta está relacionada con Huelva, y no la quiero adelantar para que compres y leas el libro.
Después apareció por allí, Manuel Garcia Quintana, un verdadero artista de la fotografía, y también se sentó en el tresillo.
“Pedro, tu padre fue una persona clave en mi afición fotográfica, pues, un día, cuando yo tenía catorce años, me dijo: “Las fotos que haces son regulares, pero tienes muy buen ojo, o sea, encuadras muy bien. ¡No dejes nunca esta afición!”
Estas palabras de mi buen padre eran, para mi, un motivo de alegría. Manolo, prosiguió: “Aquí estoy, Pedro, con miles de fotografías “callejeras”, en las que predomina la luz y el encuadre original, el ambiente de la ciudad y los rostros humanos, soñando con hacer un día una completa exposición...”
Miré el movil. Llevaba una hora de “tertulia”. Y te confieso que, entre frase y frase, mi mirada recorria, con disimulo, las estanterías cubiertas de libros, oliendo a papel, creatividad y magia.
En el recorrido, me asaltó la curiosidad de saber dónde podía estar mi último libro, a sabiendas de las dificultades para encontrarlo, dentro del laberinto de magia de una librería poblada por miles de libros.
A las doce y un minuto me levanté. Mi mujer me había llamado. ¿Qué tendrá el tresillo de “La Dama Culta”...? -me preguntaba-. “¡Ah!, Pedro, ¿no te importa que te haga una fotografía?”. No, ni mucho menos. (Imagen ilustrativa) A punto de salir, a sólo un metro de la puerta, miré a un lado y vi mi libro asomarse tímidamente en el extremo de una estantería.
Lo reconocí por los colores de la portada, donde aparece mi foto con la luz del atardecer de Huelva y el titulo del libro: “BUENOS DÍAS, HUELVA”.
Me acerqué hasta él y acaricié la palabra HUELVA con las yemas de los dedos, exclamando en silencio: ¡La palabra es la luz de la humanidad, la luz es la palabra de la naturaleza y Huelva es la diosa de la Luz! “BUENOS DÍAS”