RETIRADA DE LA CATEDRAL EFÍMERA

Por fin se impone la lógica. Me parecía un gran error mantener esa catedral, e incluso someter la cuestión a una consulta popular, como inicialmente se pretendía

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Hace unos días, la Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Almonte, responsable del Plan Venida y de los asuntos relacionados con El Rocío, nos daba una buena noticia, en el último pleno municipal, al anunciar que a principios del próximo año, se iba a proceder a la retirada de la catedral efímera de la plaza del pueblo. El argumento eran unos informes técnicos que aconsejaban su desmontaje.

Aunque la noticia llegue unos meses tarde, bien está lo que bien acaba. Creo incluso que era innecesario recurrir a esos informes técnicos, pues no hacen falta excusas para quitar esos adornos, al no haber ya razón alguna para mantenerlos.

Por fin se impone la lógica. Me parecía un gran error mantener esa catedral, e incluso someter la cuestión a una consulta popular, como inicialmente se pretendía. Abrir la puerta a someter a ese tipo de consultas, cuestiones que son competencia del equipo de gobierno o del pleno, puede resultar muy peligroso, ya que si se consulta sobre un asunto concreto, ¿por qué no hacerlo sobre cualquier otro? Y esto resulta incluso mucho más delicado, cuando el asunto se refiere a tradiciones y sentimientos devocionales muy arraigados en el pueblo.

Hemos escuchado también algunas opiniones, defendiendo que podía mantenerse esa catedral efímera, ya que supone un atractivo turístico, o un bello exorno de nuestro pueblo. Desde el mayor respeto, he de discrepar de tales argumentos. Cuando está aquí la Virgen, la gente viene a verla a Ella, y cuando se va, desde luego no vienen a ver los adornos de la plaza.

Y es que esta catedral efímera, no es como cualquier otro adorno que se pone para embellecer el pueblo, como monumentos, esculturas, azulejos, etc, esa magnífica “catedral”, se instala sólo por un motivo, para recibir a la Virgen en sus venidas al pueblo de Almonte y despedirla cuando vuelve a la aldea. De igual forma que los vecinos adornamos las calles de nuestro pueblo. Y cuando Ella se va, todos esos elementos dejan de tener sentido y hay que quitarlos. Por eso además a esa catedral se la denomina “efímera”.

Me alegro por tanto de esta noticia, por cuanto supone respetar nuestras tradiciones y el verdadero sentido de las mismas. Esperamos ahora la retirada de esos elementos, a la mayor brevedad posible, conforme a lo anunciado.

Así mantendremos intacta toda la ilusión, cuando dentro de cuatro años, volvamos a adornar la plaza, como las calles de nuestro pueblo, para recibir a nuestra Patrona, la Virgen del Rocío, en su próxima Venida.

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