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España supera el número de 18.000 fallecidos, sin contar otros ocurridos en domicilios o centros de ancianos sin la prueba PCR. Cuando la sumen todas las CC AA el número aumentará en diez mil más.
Pero aparte de esta polémica, en la forma de contabilizar los fallecidos por parte del gobierno, la tendencia de los datos de positivos y curados siguen indicando una estabilización de la pandemonio.
Andalucia tiene buenos resultados y la provincia de Huelva, ayer, sólo tuvo tres nuevos casos positivos y se encuentra por debajo de la media nacional y andaluza.
¿Esto significa que el problema está resuelto?. No, ni mucho menos. El virus no tiene historia y, por lo tanto, nadie sabe de su comportamiento.
Hay que esperar a ver si el virus muta o si, como dicen algunos científicos, se marcha cuando lleguen los 40 grados de calor del verano, aunque algunos se queden en forma de resistencia y aparezcan otra vez, en invierno, como pasa con el virus de la gripe.
Me dirás que para la gripe hay vacuna y no existe para el coronavirus. Es cierto. Pero hay quien está convencido de qué los americanos o los chinos ya la tienen y la sacarán cuando les convenga...
Hasta que llegue el momento hemos de creer en que nuestras acciones influyen mucho en la lucha contra el virus. (quedarnos en casa, mascarillas, distanciamiento social, limpieza...i
España no se entendería sin Andalucia, ni ésta sin Huelva: una tierra milenaria, maravillosa y con la luz dentro, como dijo Juan Ramón, preparada para trabajar, luchar y encontrar soluciones en estas circunstancias sanitarias y económicas tan difíciles.
Para convencernos de nuestras posibilidades y valores sólo hemos de recordar a nuestros antepasados, marineros de Palos, Huelva y de Moguer quienes, tras superar grandísimas tormentas y temporales en el Atlántico, descubrieron América, el nuevo mundo. El hecho más importante de la historia de la humanidad, después del nacimiento de Cristo.
Esto me lleva a preguntarme: “¿por qué nosotros no vamos a ser capaces también de superar la tormenta perfecta en la que estamos metidos en medio del mar del coronavirus y, con la misma fe que los marineros, descubrir un nuevo mundo en cada uno de nosotros?:
Un mundo de solidaridad, afecto, sinceridad, sencillez, valentía, resistencia, escucha del otro, vivir sin prisas en el corazón, de decir más veces:¡te quiero!, ¿por qué no?.
Un mundo de saber que no somos islas. De más sentimientos religiosos, de ilusión, y de esperanza. De no olvidar a los mayores, quienes, antes, han dejado su vida por sus hijos y sus nietos.
Amigo, ya queda un día menos. ¡No te rindas!, por favor, no cedas, aunque el sol se esconda, como hoy, en el 34 cumple día de confinamiento. ¡BUENAS TARDES!