Madrid - Publicado el - Actualizado
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El alcalde de Madrid, Martínez Almeida, estuvo el pasado martes en el programa de Antena 3, “El Hormiguero” y, éste, batió récord de audiencia con cerca de 4 millones de espectadores.
¿Cuál sería la clave del éxito del alcalde?. El triunfo nunca se debe a un sólo motivo, sino a varios. Pero suele influir uno más que otros.
En el obtenido por Almeida, en ”El Hormiguero” creo que fue la sencillez de una persona sin uniforme político, vestido con el uniforme de la frescura, espontaneidad y sinceridad de un niño, con 1,66 m de altura, que
salió al plató en mangas de camisa, sin corbata, con zapatillas y un talante desenfadado que auguraba su éxito.
La entrevista comenzó con un duelo de altura entre el alcalde y Pablo Motos. A ver quien de los dos era más alto.
Ninguno llegó al 1,70. Pero, Motos parecía ser dos centímetros más alto. Ante la duda, Almeida “pidió que fuera revisado por el Var...”
De esta manera, nada más comenzar, el alcalde se había metido en el bolsillo a la audiencia. A mi me llamó una de mis hijas: “¿Papá estás viendo en la tele al alcalde de Madrid...?”.
Después, Almeida contestó con rapidez a todas las preguntas, a las cómodas y a las incomodas, sin tópicos políticos, con simplicidad e ironía, el privilegio de los inteligentes.
Se mostró como un ser humano amante de las cosas sencillas, los modos sencillos, las costumbres sencillas: por ello va en moto, es del atlético, vive en un piso de soltero...
El público del plató le hacia “la ola” y, en ese momento, me pregunté: ¿Por qué gustarán tanto las personas sencillas?.
Quizá, porque la sociedad angustiada por la pandemia tiene necesidad de recuperar el sabor de las cosas sencillas y autenticas a base de dejar en la cuneta la mentira, el disimulo y la afectación personal.
Almeida demostró en “El Hormiguero” ser una persona sencilla: fue de frente y sin doblez. Por ello, triunfó sin proponérselo. ¡BUENOS DÍAS!