Policías, actores y educadores: la revolución de la Educación Vial en las aulas tiene sello isleño

En el municipio de Isla Cristina, Jesús Lima y Carlos Ruiz, dos policías locales, han revolucionado la forma en que se imparte la educación vial. Con más de una década de experiencia en este campo, su método, basado en el teatro, la interactividad y el humor, ha traspasado fronteras, llevándolos a recibir la Medalla Nacional a la Seguridad Vial. "Comenzamos en 2010 con un proyecto para secundaria y nos dimos cuenta de que faltaban materiales actualizados", explica Ruiz. Desde entonces, han recorrido toda España compartiendo su innovadora forma de enseñanza.

Lejos de los tradicionales métodos basados en la teoría y la memorización de normas, Lima y Ruiz han apostado por una educación viva y participativa. "Nos dimos cuenta de que la mejor manera de enseñar a los niños era a través de la diversión", afirma Ruiz. Utilizando marionetas, coreografías y teatralización de situaciones cotidianas, han logrado captar la atención de los estudiantes y hacer que el aprendizaje sea significativo.

Una de sus actividades más impactantes es la "Multa de la Vergüenza", donde los niños, vestidos como policías, multan simbólicamente a los conductores que no respetan las normas de tráfico. "Los conductores tenían más miedo a los niños que a nosotros", comenta Ruiz entre risas, recordando cómo incluso algunos ciudadanos pedían volver al día siguiente para "ganarse" una cara sonriente en lugar de una multa simbólica.

El impacto de su labor ha sido tangible. "Recibimos historias de niños que, tras nuestras clases, han salvado vidas", cuenta Lima, emocionado. Uno de los casos más memorables fue el de un alumno de nueve años que alertó a emergencias sobre un incendio, aplicando lo aprendido en sus clases.

El proyecto también ha evolucionado hasta llegar a la formación de futuros educadores viales y profesores. "Hemos impartido formación en la Universidad de Sevilla y en la Academia de Policía para que otros puedan replicar nuestro método", explica Ruiz. Su enfoque incluye desde la enseñanza a niños de primaria sobre cómo cruzar un paso de peatones, hasta impactantes representaciones teatrales sobre las consecuencias de los accidentes de tráfico en institutos.

A pesar de los desafíos, como la falta de recursos y cambios en la organización interna de la jefatura, ambos policías siguen comprometidos con su labor. "Esto no es solo enseñar señales de tráfico, es inculcar valores de respeto y convivencia", señala Lima. Su trabajo ha logrado no solo concienciar a los jóvenes sobre seguridad vial, sino también cambiar la percepción de la policía en la comunidad.

El próximo 4 de junio, Lima y Ruiz viajarán a Valladolid para recibir su nuevo reconocimiento, la Medalla al Mérito en la Implantación de la Seguridad Vial. "Es un orgullo llevar el nombre de Isla Cristina a nivel nacional", concluyen. Su historia demuestra que la educación vial no tiene por qué ser aburrida y que, con creatividad y pasión, se pueden salvar vidas.