El tornado que azotó varios municipios de Huelva era de categoría IF2 y alcanzó 220 km/h

Casi un mes después, el tornado que azotó los términos municipales de Isla Cristina y Ayamonte sigue dando que hablar. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha finalizado el informe preliminar sobre este fenómeno climatológico que sorprendió a los vecinos de Pozo del Camino y de Villa Antonia.

Según el expediente, este impresionante suceso resultó ser un tornado de categoría IF2 en la escala Fujita Internacional (IF) que dejó importantes daños materiales y conmoción entre los habitantes de la zona. El fenómeno meteorológico, ocurrido en torno a las 15:00 horas, llegó a registrar vientos de hasta 220 km/h y afectó una trayectoria de aproximadamente 4 kilómetros de longitud y entre 50 y 100 metros de ancho.

Unos datos que concordarían con las imágenes publicadas y los numerosos testimonios que relataron en primera persona los hechos, como el de Saúl Santos, vecino de la Urbanización Villa Antonia. Santos, quien vivió momentos de felicidad en diciembre a repartir entre los isleños 1.250.000€ en la Lotería de Navidad, perdió sus dos coches y temió por la integridad de su familia, quienes se encontraban en su domicilio durante el paso de la tormenta. "Cayó un pino, que no sabemos de dónde llegó, en la puerta de casa y hubo que cortarlo con una motosierra porque no podíamos ni entrar ni salir de casa", relataba a los micrófonos de COPE Huelva.

Un tornado inesperado

La Agencia Estatal de Meteorología señala que el tornado se generó en el contexto de una borrasca atlántica con un sistema de frentes que atravesó la provincia de Huelva. Las condiciones meteorológicas registradas, incluyendo una alta cizalladura vertical y humedad en niveles altos, favorecieron la formación del vórtice, que se desplazó desde la marisma hasta la carretera A-49 antes de disiparse.

Las imágenes satelitales y los datos de radar confirmaron la presencia de una célula convectiva con características compatibles con la formación de tornados. Asimismo, los testimonios de vecinos y los registros de daños sustentan la hipótesis de un fenómeno tornádico de intensidad significativa.

Daños materiales y testimonios impactantes

La visita de campo realizada por especialistas el 13 de febrero permitió documentar los estragos del tornado en viviendas, infraestructuras y áreas naturales. Vecinos relataron cómo la fuerza del viento arrancó tejados, derribó muros de concreto y desplazó vehículos, incluso lanzando una caravana por encima de un murete. En la zona del “Empalme”, varios invernaderos colapsaron completamente, y una nave industrial perdió gran parte de su cubierta de uralita.

“Fue un estruendo tremendo. En cuestión de segundos, todo volaba por los aires”, relató una vecina de la barriada de la Estación, cuya vivienda sufrió daños significativos en la cubierta y ventanas. Otro testigo afirmó haber visto una “masa blanca” que avanzaba arrasando todo a su paso, mientras que cámaras de seguridad captaron imágenes del viento giratorio levantando escombros y mobiliario.

Un impacto visible en el paisaje

El tornado también dejó una huella en el entorno natural, con numerosos árboles derribados o severamente dañados. Un pinar en la zona de impacto fue prácticamente devastado, con casi todos sus árboles tronchados o arrancados de raíz. La caída de postes de electricidad afectó el suministro en la zona, aunque las autoridades lograron restablecerlo rápidamente.

Evaluación y conclusiones

Los expertos han determinado que la intensidad del tornado fue suficiente para causar daños estructurales graves, pero sin alcanzar la categoría IF3. Las observaciones de campo y los datos meteorológicos confirmaron que el fenómeno tuvo una duración de entre 15 segundos y dos minutos en cada punto de impacto, con una trayectoria bien definida.

Afortunadamente, no se reportaron víctimas mortales ni heridos de gravedad, aunque el susto y las pérdidas materiales han sido considerables. Las autoridades locales y los servicios de emergencia continúan trabajando para evaluar los daños a la vez que se espera la decisión del Gobierno Central de declarar o no la zona catastrófica.

El episodio del 11 de febrero de 2025 se suma a la creciente lista de fenómenos meteorológicos extremos que han afectado a Andalucía en los últimos años, poniendo en evidencia la necesidad de medidas de prevención y planes de actuación ante eventos de esta magnitud. Además, como puso de manifiesto el alcalde de Isla Cristina, Jenaro Orta, "se trata del segundo episodio de este tipo en la zona" después de la manga marina que causó daños en La Higuerita el pasado mes de diciembre.