Cátedra del Vino otorga los premios Zalema a dos investigadoras por unir producción enológica y frutos rojos

La Universidad de Huelva y el Ayuntamiento de La Palma del Condado entregan los I Premios Zalema a las graduadas en Química Elena Lobo y Raquel Cano

LA CÁTEDRA DEL VINO OTORGA LOS PREMIOS ZALEMA A DOS INVESTIGADORAS POR UNIR LA PRODUCCIÓN ENOLÓGICA Y LOS FRUT

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La Universidad de Huelva y el Ayuntamiento de La Palma del Condado han entregado, en un acto académico celebrado en el Aula Magna del edificio Antonio Jacobo del Barco, los I Premios Zalema, una de las principales acciones contempladas en la Cátedra del Vino que impulsan ambas instituciones, donde han sido reconocidos los mejores Trabajos de Fin de Grado y Máster (TFG-TFM), concretamente dos TFG realizados por las estudiantes de la UHU graduadas en Química Elena Lobo Beltrán y Raquel Cano Jiménez, primer y segundo premio, respectivamente.

El acto, presentado por la directora Cátedra del Vino, la profesora Ángeles Fernández Recamales, contó con la presencia de la rectora de la Universidad de Huelva, María Antonia Peña; el alcalde de La Palma del Condado, Manuel García Félix; la vicerrectora de Innovación y Empleabilidad, Isabel Mª Rodríguez; el director de Cátedras Externas de la UHU, Francisco Barba.

Fernández Recamales ha destacado que es el primer acto académico presencial que ha podido celebrar la Cátedra del Vino de la UHU y el Ayuntamiento condal, nacida en el verano de 2019, debido a las circunstancias sanitarias, si bien las acciones de la Cátedra no se han detenido ni mucho menos, avanzando en “las tres líneas de actuación fundamentales: la formación, la investigación y la difusión”. La directora de la Cátedra del Vino ha querido hacer hincapié en la gran calidad de todos los trabajos presentados.

Por un lado, el jurado ha determinado otorgar el primer premio Zalema a Elena Lobo Beltrán, por su trabajo titulado ‘Efectos de la adición de arándanos sobre la composición y características cromáticas de un vino de fresa’. La estudiante, que ha intervenido por videoconferencia, ha explicado que su objetivo en el Trabajo de Fin de Grado ha sido el de elaborar y caracterizar un vino estabilizado mediante microvinificaciones de mosto concentrado y cremogenado de fresa, al cual se le añadieron distintas proporciones de arándanos. La ganadora del primer premio ha detallado que eligió esta temática porque “actualmente, la cultura del vino presenta un gran auge debido a la expansión de mercados, y a su vez existen evidencias de que los vinos de frutas cuentan con múltiples beneficios para la salud”.

En cuanto a Raquel Cano, ha desarrollado el TFG ‘Aprovechamiento de excedentes de frambuesa y mora para la elaboración de bebidas fermentadas. Factibilidad enológica’, investigación en la que ha introducido ambas frutas en la elaboración de bebidas fermentadas a partir de mosto de uva concentrado, concluyendo que los ensayos de frambuesa (o los que contenían mayor proporción de esta fruta), daban como resultado caldos más agradables al paladar, además de presentar un color y aroma más atractivos.

La rectora, María Antonia Peña, ha recalcado la calidad y el carácter innovador de los dos trabajos distinguidos, los cuales “han tenido la virtud de mezclar esos dos productos fundamentales de nuestra tierra, la producción vitivinícola y de frutos rojos”, abriendo el abanico de posibilidades y desarrollo de nuestros recursos autóctonos. Asimismo, ha destacado el valor de la Cátedra del Vino como instrumento de conexión entre la Universidad y la sociedad, y “esencial para la transferencia del conocimiento”, y que ha sabido superar con “resiliencia” las dificultades generadas por la pandemia, reestructurando su programa de actividades.

Es por ello que la rectora reiteró el agradecimiento al Ayuntamiento palmerino por volcarse con esta Cátedra del Vino, “permitiéndonos recuperarla, dándole un nuevo vigor, para apostar por el vino en el sentido más amplio, no sólo en su faceta vitivinícola, sino también en sus aspectos sociales, humanos, etnológicos y antropológicos”.

En la misma línea, Manuel García Félix, alcalde de La Palma, ha valorado las investigaciones de Elena Lobo y Raquel Cano, por ser trabajos “suculentos, innovadores y que cumplen a la perfección lo objetivos esenciales de la Cátedra del Vino, que son la investigación y la innovación, y además cogiendo los sectores primarios, en su cromatismo, sabor y aroma, y transformando el entorno productivo”. Por ello, el regidor palmerino resalta que son “estudios plenamente enmarcados en el contexto socioeconómico de los vinos del Condado de Huelva, sector que necesita de investigadores que abran nuevas vías de producción y posibilidades”.

También se refirió el alcalde a la importancia de cara al futuro de uno de los proyectos más importantes de la Cátedra del Vino, como es la finca experimental en la que trabajan el Ayuntamiento de La Palma y la UHU, que será objeto de iniciativas de apoyo científico y técnico al sector vitivinícola local, y con expresa intención de rescatar variedades que en el pasado se cultivaban como autóctonas en la zona.

Isabel María Rodríguez, vicerrectora de Innovación y Empleabilidad, subrayó el valor de Cátedras Externas como la Cátedra del Vino, a través de las cuales “ayudamos a promocionar todos los importantes trabajos que realizan nuestros investigadores, y que no se queden solamente en un despacho en un laboratorio, sino que puedan mostrarse al mundo”. La vicerrectora ha reiterado el agradecimiento de la UHU al Consistorio palmerino por la “decidida apuesta que hizo para poner en marcha esta Cátedra del Vino en julio de 2019”.

Por último, Francisco Barba, director de Cátedras Externas de la Onubense, quiso por un lado dar la enhorabuena a las dos investigadoras ganadoras de estos I Premios Zalema, poniéndolas como ejemplo de la presencia y pujanza de las mujeres en la ciencia en la Universidad de Huelva, y, por otro lado, destacó las Cátedras Externas como “mecanismo fundamental para la relación entre la Universidad y la sociedad, y para la transferencia del conocimiento”. “Y tener una Cátedra del Vino –concluyó– es absolutamente esencial, porque esta cátedra está íntimamente relacionada con nuestro entorno productivo, nuestra cultura, modo de vida y evolución antropológica”.