OPINIÓN

Las Divinas Palabras con Ernesto Medina. Hoy: lo del finde

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Es una de las coletillas de moda. Toda conversación que se precie y suceda en viernes acaba indefectiblemente con un “buen finde”. Que solicito por whatsapp a un amigo el teléfono de un conocido, te escribe “buen finde”. Me despido de los colegas del Instituto -“hasta el lunes” digo educadamente- y el personal corea por los pasillos “buen finde”, como si cantasen el cumpleaños feliz a voz en grito. Compro unas bacaladillas para freírlas, allá que el pescadero me desea “buen finde”, con los bichos elevándose sobre la cola cual bailarinas de una coreografía. “Buen finde” cantan las nubes y los pájaros. El tambor sonoro del sol repiquetea “buen finde”. Antes, los que iban de modernos y no dejaban de ser unos cretinos apelaban al “San Viernes” -¡ay, si Venus, a quien está dedicado el día, levantare la cabeza!-. Ahora los buenos deseos ya abarcan dos días y medio. Ante lo que yo me planteo maliciosamente las siguientes cuestiones.

A saber. En caso de que el receptor del “buen finde” trabaje en tan señalados días, ¿estaría justificado el encabronamiento? Quizá por motivos ignotos, e incluso asociales, los días de marras no sean del agrado del interfecto al que obligamos a un hipócrita agradecimiento. Empero, lo que más me preocupa es la felicidad a fecha convenida que implica la frasecita de marras.

El gozo no cabe en los malhadados lunes, martes, miércoles y jueves. No, dilectos oyentes. Mil veces no. Ésos son días proscritos, perversos. La luz sólo resplandece a partir del viernes al mediodía. Con lo que las frustraciones, ante unas expectativas que no se cumplen, provocan desasosiego y neurosis. “Buen finde”, claro que sí. ¿Y dónde se queda la depresión de los domingos después de comer, máxime si es invierno, con oscuridad a las cinco de la tarde y tu equipo ha perdido?

Añadan, además, que no se ha establecido una norma sobre hasta cuándo es correcto arrojar la frase. ¿Es el límite el sábado al mediodía? ¿Antes o después de las cervezas? Otrosí, si no se cumple ritualmente con el sexo semanal del sábado, sabadete, ¿damos por desperdiciado el “buen finde”?

Sostienen los sociólogos que los divorcios aumentan tras las vacaciones de verano. Pues tengan por seguro que hay amistades que mueren tras cada “buen finde”. Y como alguien me diga alguna vez “good weekend”, lo mato. Así que tengan ustedes unos escuetos “buenos días”. Lo que se ha estilado toda la vida de dios y vamos que ardemos.

Palabras, divinas palabras