Comprar aceite de oliva en una almazara es un 30% más barato que hace un año

El mercado del aceite de oliva pone de manifiesto su complejidad. A pesar de que la producción mundial va a ser muy similar a la de la campaña pasada, unos 3 millones de toneladas, los precios siguen a la baja aunque la buena cosecha de España, que será el 60% del total mundial, compensará el descenso que sufrirán el resto de los principales países productores. De manera, calificada de «anómala e inexplicable” por el sector productor, los precios en origen caen sin freno desde hace un año. A mediados de febrero se registró una bajada del 30 % de media, en comparación con febrero de 2018. Así se pone de manifiesto con la estadística de los precios semanales del aceite de oliva divulgada por el Ministerio de Agricultura que apunta a que el descenso se sigue agravando conforme avanza 2019.

Una tendencia que va en contra de la ley de la oferta y la demanda, aseguran desde las organizaciones agrarias que ya se han encendido todas las alarmas y piden tranquilidad, no tener prisas ni dejarse llevar por los nervios a los olivareros para vender su aceite, ya que la Comisión Europea confirmó recientemente el descenso que sufrirán las producciones de Italia que rebaja sus expectativas hasta las 205.000 toneladas, lo que representa una caída de más del 50% con respecto a la campaña anterior. Grecia, que, reducirá un 35% su producción situándose en el entorno de las 225.000 toneladas, mientras que Portugal lo hará en prácticamente un 20% alcanzando las 110.000 toneladas.

Por lo que respecta a las estimaciones de producción en los principales países fuera de la Unión Europea, el Comité Oleícola Internacional, COI, publicaba el pasado mes de noviembre que Túnez prevé reducir su cosecha hasta las 120.000 toneladas, un 57% menos que la pasada campaña, mientras que Turquía caería hasta las 180.000 toneladas. Tan sólo Marruecos podría registrar una cifra superior a la de la campaña anterior que se situó en 140.000 t.

A pesar de este panorama internacional el precio medio que cobra el agricultor español por este alimento ronda ahora los 2,38 euros por litro, en contraste con los 3,4 euros por litro de la semana del 11 al 17 de febrero de 2018, la séptima del año. Por categorías, el recorte más fuerte se observa en el aceite de orujo de oliva refinado (-42 %), hasta 1,26 euros, seguido por el aceite de oliva lampante y el refinado, que bajan un 33 %, hasta situarse en los 2,2 y los 2,5 euros, respectivamente. El descenso es ligeramente inferior en el caso del aceite de oliva virgen, que baja un 30,8 %, hasta los 2,37 euros, así como en el virgen extra, que se ha depreciado un 25 % y se paga a 2,68 euros.

En los cuatro primeros meses de la campaña 2018-2019 -de octubre a enero-, la producción ha crecido más de un 33 % respecto al mismo período del ejercicio anterior, hasta rozar los 1,42 millones de toneladas. El mes de enero fue especialmente fuerte para el sector, con una producción total de 684.000 toneladas, un 88 % más que en el primer mes de 2018. Además, el sector importó otras 63.000 toneladas y contaba con 375.000 toneladas almacenadas en almazaras, envasadoras y por la Fundación Patrimonio Comunal Olivarero en este primer cuatrimestre de campaña. Del lado de las salidas, de octubre a enero el sector comercializó 488.000 toneladas (+10 % respecto a la campaña anterior) de aceite de oliva, de las cuales 181.000 corresponden a ventas en España (+7 %) y 307.000 a exportaciones (+12 %).