CRÍTICA CINEMA JAÉN

«Roma»...o la fuerza de la autenticidad

La historia de una joven sirvienta sirve al director mejicano Alfonso Cuarón para filmar una película que irradia autenticidad

ROMA

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

ontemplas la última película del director mejicano Alfonso Cuarón y te invade una inequívoca sensación de autenticidad. No es frecuente, y mucho menos en estos tiempos de interesada ultracomercialidad, que una producción impresione a los espectadores por transmitir algo veraz.

Por desgracia, la época del realismo cinematográfico, en su vertiente más humanista, fue avasallada de forma injusta por el espectáculo pirotécnico actual. Hoy, ya casi nadie apuesta por películas como “Roma” y; sí se hace, es a hurtadillas, relegando su distribución a una de las muchas plataformas digitales que nos rodean; para, en caso de pérdidas, aminorar daños.

La cruda y dura realidad cotidiana no es ya del gusto de las salas comerciales; eso sí, salvo para exhibir casquería barata. Ahora todo suena a postizo y la manipulación de las imágenes es un hecho asumido por el común de los mortales. Quizá, entre otras cosas, porque muy pocos están interesados en contemplar el mundo tal y como está construido. Sin embargo, por mucho que pueda sorprendernos, lo curioso es que así empezó el chiringuito del negocio cinematográfico, intentando captar la esencia de la vida... aunque fuera a retazos.

La película de Cuarón sabe, huele, roza, brilla y exhala verdad por los cuatro costados. Su monumental trabajo es un prodigio de buen quehacer cinematográfico, máxime cuando miras los créditos y descubres que también es el responsable de la producción, el guion, la fotografía y el montaje. Es lo que en estricto término de cierta élite cinéfila, de forma más que ampulosa, se dio en denominar como “cine de autor”.

Con “Roma” se siente la impresión de estar ante el reflejo que irradia la verdad, sin concesiones ni licencias, sin artificios técnicos ni subterfugios argumentales, sin tener que recurrir al deslumbramiento de los siempre fáciles efectos especiales. Pura delicia, porque la historia está bien trabajada, el blanco y negro de la fotografía alcanza lo glorioso, la puesta en escena no admite el más mínimo reparo y, para rematar la faena, luce un maravilloso plantel de actores que ya quisieran para sí las mejores producciones hollywoodienses.

Después del hiperrealismo de “Gravity” (USA - 2013), Cuarón presentó su firme candidatura como uno de los mejores cineastas contemporáneos, ahora cinco años después, la ha refrendado con creces. Muchos ya le esperan con el cuchillo entre los dientes, señal evidente de que su nombre cuenta. El listón lo ha dejado muy alto.

VALORACIÓN COPE JAÉN ♦♦♦♦♦