Ad líbitum, con Javier Pereda | 27 SEP 2024 |

Hoy: Líbano

Redacción COPE Jaén

Jaén - Publicado el

4 min lectura

Para entender el conflicto entre Israel y el Líbano, es necesario revisar sus antecedentes religiosos, políticos e históricos. Los herederos de Fenicia acogieron desde antaño a comunidades cristianas y musulmanas. Seis siglos antes de que naciera Mahoma, Jesús de Nazaret ya predicaba en las tierras de Tiro y Sidón. En el siglo IV el cristianismo se consolidó con san Marón, de quien toma su nombre el rito católico maronita, una de las veinticuatro Iglesias católica en comunión con el Vaticano. En 1516, el Imperio Otomano llegó a este pequeño país, con 250 km de largo y 60 km de ancho, y en la actualidad tiene más de cinco millones de habitantes. La denominada Suiza de Oriente Próximo estuvo bajo el mandato francés (1920-1934), para proteger a los cristianos maronitas, después que los drusos mataron a más de doce mil católicos. Con la independencia del Líbano en 1943, se realizó un Pacto Nacional, un peculiar e inédito régimen político confesional, mediante un consociativismo entre las comunidades religiosas. De tal forma que el presidente de la República debería ser cristiano maronita, el primer ministro musulmán sunita y el presidente de la Cámara Baja, musulmán chiita. Por aquél entonces más del 56% eran cristianos, principalmente católicos de rito maronita, pero también católicos de rito latino, melquitas, armenios y caldeos. Otros eran ortodoxos, también protestantes, drusos y judíos, entre las 18 comunidades religiosas diferentes. El segundo grupo religioso mayoritario era el musulmán con un 44%. Sin embargo, actualmente estos porcentajes se han intercambiado entre los cristianos y los musulmanes, debido a que éstos tienen mayor número de hijos, a la diáspora causada por las distintas guerras y la situación económica. La tierra de los cedros, símbolo en la bandera y en el escudo nacional, fue mencionado por Moisés, Salomón e Isaías (en referencia a aquellos que se creen más altos e importantes que los cedros del monte Líbano), no ha cesado de mantener contiendas internas y constantes injerencias de países próximos como Siria, Jordania, Egipto, Irán o la OLP, con el fin de eliminar al enemigo común, Israel, que hace frontera en el norte. Así, en 1958, estalla la guerra civil entre los musulmanes adeptos al presidente egipcio Nasser contra el Gobierno libanés del cristiano Camile Chamoun, que obligó al desembarco estadounidense. En 1970 la OLP, instalada en Beirut, ataca desde el sur del Líbano a Israel. En la guerra civil de 1975 entre cristianos maronitas y los musulmanes intervino la Liga Árabe como pacificador, permaneciendo el ejército sirio. En 1975 y 1978 Israel invade el sur del Líbano para entablar una contienda contra las guerrillas de la OLP de Arafat. Pese a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, el gobierno libanés no logró desarmar a las milicias terroristas, lideradas por Hezbolá, para custodiar la frontera con Israel. Este grupo terrorista surge en 1979, entre jóvenes radicales que se entusiasman con la Revolución Islámica de Irán y empiezan a atentar contra sedes de EE.UU. e Israel. En 2006, una incursión fronteriza provoca atentados de Hezbolá contra Israel y genera la crisis israelo-libanesa que ocasionaron bombardeos sionistas y la réplica de los terroristas con el apoyo armamentístico de Irán y Siria. Hezbolá ha conseguido entrar en las instituciones, llegando a formar gobierno por primera vez en 2016, en alianza con el presidente cristiano Michel Aoun (2016-2022). Ahora Hezbolá ha bloqueado en el Congreso cualquier posibilidad de elección del presidente, pues quieren depositar todo el poder en manos musulmanas. El pueblo y la nación libanesa son víctimas de que el grupo político y terrorista Hezbolá, con la dirección y colaboración necesaria de Irán, quieren hacerse con el poder, para convertir Líbano en una dictadura islamista. La posición geoestratégica del Líbano es decisiva para combatir a la única democracia del Cercano Oriente, Israel, asediada en todas sus fronteras. De la misma forma que ha actuado Hamás en Gaza, lo está haciendo Hezbolá en Líbano. Israel, consciente de que se está jugando su supervivencia, intervendrá en el Líbano, para defenderse de Hezbolá. El servicio de inteligencia del Mossar ha demostrado su tecnología al activar explosiones en los buscas y “wolkie-talkies”. Se abre otro escenario de guerra, con miles de muertes, heridos y mucha miseria. Con Irán por medio, está en riesgo una tercera guerra mundial. Pedimos la intercesión de la Patrona del Líbano.