Jaén - Publicado el - Actualizado
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Les juro por la salvación del Real Jaén que hoy venía henchido de optimismo. Había pensado glosar la victoria de España el lunes, que nos ha puesto a los patriotas como una moto. Aunque hace falta que la alegría de sentirnos una nación la manifestemos en cuestiones más trascendentes que un partido de fútbol.
También estaba orgulloso de la respuesta sensata que la mayor parte de los españoles -descerebrados de viajes de estudios en Mallorca al margen- ha dado una vez retirada la obligación de llevar mascarilla al aire libre.
Por último, no cabía en mí de gozo porque mi Instituto, el Sierra Mágina de Mancha Real, ayer clausuró el curso. En el que hemos dado clase ininterrumpidamente desde el quince de septiembre con todos los alumnos en las aulas. Un exitazo que alguna vez se reconocerá públicamente por lo que vale.
La felicidad es efímera. Llueven las pedradas. En Jaén donde resido ya no hay pacto de gobierno en el Ayuntamiento. La concejal María Cantos, que en su día pidió la cabeza de Javier Márquez en dornillo de olivo sin que el PP defendiera a su candidato, ha largado una cosa contra el alcalde Julio Millán “me di cuenta de cómo usa a las personas” y “se ha quitado la careta”. Supongo que Cantos en lugar del rosario y las cartas le ha pedido los papeles del Plan COLCE. No hay custodia compartida de la ciudad. Por ende el alcalde ha dejado sin pensión a los de ediles de Ciudadanos.
El tranvía parece que sí, pero puede ser que no. No se entusiasmen, dilectos oyentes, que luego llega Juanillo con las rebajas y nos cogemos una depresión de caballo.
Faltaba el espectáculo de las Cortes ayer por la tarde. Casado saca un papelito. Bendito Dios, ¡qué asesores y qué ocurrencias las suyas! Lee pomposamente algo sobre democracia sin ley y ley sin democracia a cuento de la Guerra Civil. Un ejemplo de hace noventa años, el cual procura que lo acusen de defender la dictadura franquista. Rufián vacila a Sánchez, “dice que no habrá referéndum, también dijo que no habría indultos, denos tiempo”. Sánchez empeña su palabra falsa como la falsa moneda, “no habrá referéndum de independencia. El PSOE nunca jamás lo permitirá”. Igualito que Peter Pan, el niño que no quería crecer.
A tomar por saco mi optimismo. Como no gane España mañana me tiro a las vías del tranvía. Claro que entonces mi vida será larga, muy larga.
Palabras, divinas palabras.