Madrid - Publicado el - Actualizado
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Después de la Guerra mi padre volvió a estudiar Bachillerato en el edificio de la calle Compañía. Habla con nostalgia cuando pasamos cerca camino de la Catedral. “En los recreos nos íbamos a la Cruz del Castillo. Por las trochas y las peñas. Y cuando iba a ser la hora bajábamos que nos las pelábamos. Menuda patulea de gente. Tres años perdidos, pero que habían hecho que no nos asustáramos de nada”. Yo dudo de que les diera tiempo en media hora de tamaña proeza atlética. Ni se molesta en rebatirme, sigue hablando de su Instituto, de sus profesores y de sus compañeros de libros y vivencias. Y del Paraninfo. “Era la antigua capilla que se había convertido en salón de actos. Porque allí estaban las escuelas de la Compañía de Jesús y era un edificio religioso. Por eso se quedó el nombre de la calle”.