hasta el 04/12/2019

‘Obra Invitada’ de la UJA homenajea al que fuera Obispo de Jaén hace 400 años, el cardenal Moscoso y Sandoval

La UJA muestra una pequeña selección de piezas, que permitirá acercar a su figura y entender el importante papel que tuvo en esta diócesis 

‘Obra Invitada’ de la UJA homenajea al que fuera Obispo de Jaén hace 400 años, el cardenal Moscoso y Sandoval

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El espacio ‘Obra Invitada’ de la Universidad de Jaén acoge hasta el 4 de diciembre, una muestra en la que se conmemora el IV Centenario de la llegada a Jaén del cardenal Baltasar de Moscoso y Sandoval como Obispo de la diócesis de Jaén.

Para recordar esta efemérides, la Universidad de Jaén muestra una pequeña selección de piezas, que permitirá acercar a su figura y entender el importante papel que tuvo en esta diócesis en la que desarrolló uno de los gobiernos más dilatados y prolijos.

Como testimonio de su labor pastoral, la exposición muestra un ejemplar de las ‘Constituciones sinodales’, publicadas en Baeza en 1626. Para ilustrar su papel en el impulso de las obras de la catedral y la promoción de las artes en el templo, la muestra exhibe la ‘Planta’, que Juan de Aranda realizó en 1641, la más antigua de las conservadas, y la ‘Custodia’, que porta los escudos del cardenal en su base y que es un fiel trasunto de algunas de las piezas que este donó al templo y que no se han conservado; particularmente el ‘Relicario de Santa Potenciana’, viva expresión del gusto manierista en la platería española de la primera mitad del siglo XVII.

Asimismo, durante su gobierno se reanudaron las obras de la Catedral de Jaén que llevaban varias décadas paralizadas. La documentación capitular de la Edad Moderna testimonia ampliamente su labor en la promoción de las artes y del culto en el templo mayor jiennense.

Todos estos aspectos dan buena prueba de su amor a una diócesis a la que se entregó no solo durante los veintisiete años que la rigió, sino también desde Toledo, a donde fue promocionado en 1646 por deseo de Felipe IV y por mandato del papa Inocencio X.

De entre los retratos conservados del prelado, se ha seleccionado el que forma parte de la galería de obispos de Jaén, en cuya cartela se recogen algunos de los hechos más destacados de su trayectoria. Asimismo, se exhibe las tres biografías que se hicieron sobre su figura.