El centro de Guadalentín de Cazorla, la cuna del quebrantahuesos

Hace tan sólo unos días se confirmaba el nacimiento del primer pollo de quebrantahuesos en libertad en Andalucía durante este año en curso. Un pequeño buitre al que se bautizó como ‘Savuti’ y que rompió el cascarón a principios del pasado mes de marzo. Sin embargo los técnicos de Medio ambiente están notablemente satisfechos por el nacimiento de una segunda cría en el corazón del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas.

El segundo nacimiento de quebrantahuesos nacido en libertad en Andalucía durante esta  temporada 2019/2020 ha sido el de una hembra, a la que han bautizado como ‘Satara’. Los quebrantahuesos pueden superar los 40 años de vida. Se trata de un ave rapaz con  un ciclo reproductor muy largo que se inicia durante octubre y concluye en torno a agosto o septiembre con la emancipación del pollo. Se trata, por tanto, de un proceso de cría bastante exigente desde el punto de vista físico, ya que conlleva, entre otras actividades, la defensa del territorio, la construcción del nido, un período de cópulas, la puesta, los relevos o la búsqueda de alimento para el pollo.

Este nacimiento se suma al de otros pollos que han visto la luz en el centro de cría de Guadalentín. En total, en esta temporada de cría las seis parejas del han puesto 13 huevos entre el 8 de diciembre y el 15 de febrero. Dado el éxito hasta la fecha, desde la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible se valora la posibilidad de alcanzar este años los diez pollos nacidos en el marco de este programa y superar el récord de nueve nacimientos registrado hace tres temporadas.

El centro de cría del Quebrantahuesos de Guadalentín está gestionado en la actualidad por Vulture Conservation Foundation (VCF), única organización en Europa con capacidad legal para gestionar y dirigir los proyectos de cría en cautividad de ámbito internacional para esta especie altamente amenazada, al tiempo que también es la única titular de la red European Endangered Species Programme (EEP) para el quebrantahuesos, un avanzado programa internacional global de cría en cautividad y para la reintroducción de esta especie.

VCF trabaja desde Guadalentín para reproducir esta especie en cautividad y formar un almacén genético que blinde la supervivencia de las poblaciones europeas de quebrantahuesos, al mismo tiempo que busca contribuir al éxito del programa andaluz de reintroducción.

Su metodología de trabajo se basa en técnicas de cría de fecundación natural, donde la incubación y el desarrollo de los pollos corre también a cargo de los padres, tratando, en todo momento, de que la intervención humana sea la mínima posible. Para ello, el centro está dotado de un moderno sistema de video-vigilancia en cada una de sus jaulas y su privilegiada ubicación, en el paraje conocido como Nava de San Pedro, le confiere importantes ventajas sanitarias para asegurar la conservación de las líneas genéticas en cautividad.

Orígenes del programa

El quebrantahuesos se extinguió en Andalucía en la década de los ochenta del pasado siglo. Desde entonces la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ejecuta un Proyecto de Reintroducción que se inició en los noventa con los estudios de viabilidad, la selección de los ENPs donde se realizarían las liberaciones y la cría en cautividad de la especie en el Centro de Cría del Quebrantahuesos de Cazorla. Entre 2006 y 2016 se han liberaron 44 ejemplares equipados con transmisores GPS de los cuales 13 muriero.  Desde 2013 el proyecto de reintroducción innova en aspectos fundamentales como el sistema de hacking, ahora realizado en cuevas en altura y no en abrigos a ras de suelo. El hacking es una técnica que aprovecha el instinto filopátrico de la especie para conseguir que el ejemplar liberado asimile el área de suelta como su lugar de nacimiento y, por tanto, regrese a ella para asentarse y reproducirse. Las causas de mortalidad conocidas son, por este orden, envenenamiento y plumbismo. El incremento de la supervivencia es condición indispensable para conseguir el asentamiento de una población reproductora. Para ello es necesario reducir la mortalidad no natural y liberar un número de hembras (y el mismo número de machos) igual o superior a 4 durante al menos 8 años seguidos.