INNOVACIÓN
Los futuros olivareros necesitarán el título de piloto de... drones
Se impone el uso de la agricultura de precisión en el agro español. Termina con éxito la experiencia de dos años de cultivo con aviones no tripulados
Jaén - Publicado el - Actualizado
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Durante dos años, La organización agraria ASAJA con la colaboración del Centro de Vuelos Atlas de Villacarrillo http://atlascenter.aero/, se han venido usando drones (aviones no tripulados) para controlar determinadas fincas de olivar y analizar, desde el aire, sus necesidades gracias al uso de cámaras térmicas, de infrarrojos y otras herramientas de diagnóstico del estado vegetativo de los árboles. El responsable del centro, Anastasio Sánchez, señala que el trabajo realizado a través de los drones ha consistido en tomar imágenes a través de sensores para poder llevar a cabo un análisis del estado del olivar a distancia.
Es lo que tradicionalmente se ha hecho a través de análisis foliares, a pie de campo pero que con el uso de los drones es mucho más rápido, efectivo y económico. Entre otros datos, se pueden obtener los relativos a la cantidad de agua, de nutrientes, de crecimiento foliar, de masa foliar, de tamaño de copas de los árboles, etcétera.
Esto permite el poder tener una foto muy exacta ya no solo de una plantación concreta, sino del estado de cada una de las zonas de su plantación, para aplicar de manera mucho más selectiva cualquier tipo de tratamientos fitosanitarios. Eso puede revertir también en un ahorro de productos, en una sostenibilidad mayor para el olivar y que se espera que se generalizase más pronto que tarde en el olivar andaluz.
Los datos recogidos tras cada una de las campañas de vuelo se recopilaron y se enviaron a la Universidad de Jaén para el análisis y la comparación con muestras foliares y de otro tipo recogidas y analizadas por el resto de los miembros del proyecto. Estas variables, como son la humedad del suelo, la maduración del fruto, el índice graso, entre otras, se han analizado a través de las muestras que se tomaron al mismo tiempo y en las mismas fincas que se volaron con los drones.
En el proyecto han venido trabajando el laboratorio Olivarum, de la Fundación Caja Rural, y el Instituto de Formación Agraria y Pesquera de la Venta del Llano (IFAPA). Y de los vuelos con dron se encargó la Fundación Andaluza para el Desarrollo Aeroespacial (FADA-CATEC).