CULTURA

Visita en Úbeda el Museo San Juan de la Cruz

"San Juan de la Cruz de Úbeda al mundo" es el título del diálogo sobre el Santo con Antonio ángel Sánchez Cabezas, en representación de la comunidad carmelita

Cartel del diálogo

Redacción COPE Jaén

Jaén - Publicado el

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Tras el paréntesis de julio y agosto, se retoman estas noches en el Museo dialogando sobre San Juan de la Cruz, su relación con la ciudad de Úbeda, su legado y su proyección al mundo. A propuesta de la Asociación “Úbeda por la Cultura”, el Padre Antonio Ángel hará una introducción al tema de 20 minutos, para conversar luego con el presidente de la Asociación y los asistentes que lo deseen

Será este martes 24 de septiembre de 2024 a las 20:00h en Museo San Juan de la Cruz. Está ubicado en la calle Carmen, número 13 de Úbeda. La entrada es libre hasta completar aforo

San Juan de la cruz

Juan de Yepes nació en Fontiveros (Ávila) en 1542 y murió en Úbeda (Jaén) el 14 de Diciembre de 1591. Su vida transcurrió en pleno siglo de oro español. Le tocó vivir una época de fuertes contrastes: Aunque en los dominios del Emperador Felipe II nunca se ponía el sol (España y Portugal, Imperio Alemán, Flandes, Nápoles, Milán, Filipinas, América, Colonias Africanas), en Castilla, Aragón y en el Levante se sucedían las revueltas populares para protestar contra la sangría de hombres y dinero que se necesitaban para mantener los ejércitos que participaban en las conquistas americanas, en los enfrentamientos con Francia y con Inglaterra, en las guerras de religión en toda Europa. Mientras Miguel de Cervantes y Lope de Vega escribían sus mejores páginas, la gran mayoría de la población era analfabeta. Al mismo tiempo en que España se llenaba de impresionantes palacios, catedrales y monasterios y se realizaban algunas de las obras más emblemáticas del Renacimiento, las malas cosechas, epidemias y hambrunas cercenaban las vidas de los más débiles.

EL MUSEO

El Santo conoció la miseria desde su infancia. Fue testigo de la muerte de su padre y de su hermano a causa del hambre. Tuvo que emigrar, mendigar y servir en un hospital de enfermos contagiosos desde niño. Incluso trabajó como aprendiz en distintos talleres artesanos. Posteriormente, cuando asuma cargos de responsabilidad en el Carmelo Descalzo, lo encontraremos cuidando personalmente de los enfermos, diseñando las plantas de los conventos, levantando tabiques, pintando muros, cultivando la huerta y realizando todo tipo de trabajos manuales. Algo impensable en una época en la que estas ocupaciones se consideraban incompatibles con las actividades intelectuales o de gobierno, por deshonrosas. Asumió voluntariamente la pobreza evangélica como expresión de renuncia y desasimiento de todo lo material, como fuente de libertad interior. Sin embargo, no permitió que sus frailes salieran a pedir por las calles y siempre procuró que tuvieran lo necesario para cubrir sus necesidades (alimentación, vestido), especialmente los enfermos.