Ernesto Medina. Hoy: Plateado Jaén

“Plateado Jaén” escribe Manuel Machado en el poema titulado Andalucía.

Cádiz, salada claridad; Granada, agua oculta que llora. Romana y mora, Córdoba callada. Málaga cantaora. Almería dorada. Plateado Jaén. Huelva, la orilla de las Tres Carabelas... y Sevilla.

Me asomo a la terraza y veo olivares verdes. Verdes a la luz del alba. También con la del atardecer. Y casi cuando es de noche. Siempre verdes, verde intenso, verde oscuro. ¿Por qué entonces “plateado Jaén”?

Según mi abuelo Antonio los años de trescientos sesenta y seis días el olivo abandona su verdor para mostrarse plateado. Era relator de un viejo dicho agrícola, “cuando bisiesto el año es, las hojas se vuelven del revés”. La justificación científica, en caso de que hayan de explicarse las leyendas del campo, aclara que cada cuatrienio las olivas renuevan sus hojas, que al nacer enseñan hacia fuera su lado más claro, el que habitualmente vuelca hacia el tronco. El año que viene es bisiesto. Esperaré febrero apoyado en la baranda por si se me concede el milagro de que Jaén se torne de plata.