Comienza la Cuaresma en Jaén con la imposición de la ceniza

Como cada año, la Catedral de Jaén congregó a miles de jiennenses que han querido recibir el símbolo de la Cuaresma, como signo de contrición y cambio

Redacción COPE Jaén

Jaén - Publicado el - Actualizado

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40 días nos separan de la Pascua de Resurrección. Un camino de oración, ayuno y penitencia que, como recuerda el Evangelio de este Miércoles de Ceniza, debe alejar a todo cristiano de la tristeza y mostrarlo alegre por este tiempo de conversión. Como cada año, la Catedral de Jaén ha congregado a miles de jiennenses que han querido recibir el símbolo de la Cuaresma, como signo de contrición y cambio. Una celebración que ha estado presidida por el Obispo de Jaén, Monseñor Chico Martínez, y a la que se han unido miembros del Cabildo Catedral y párrocos de la ciudad. Una Eucaristía que ha estado acolitada por los seminaristas y los colaboradores del primer Templo diocesano.

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Este 2024, la talla escogida ha sido el imponente Cristo de las Aguas de la Hermandad Sacramental del Dulce Nombre de Jesús, Santísimo Cristo de las Aguas en su Sagrada Lanzada, Purísima e Inmaculada Concepción de Nuestra Señora, María Stma. Reina de los Ángeles, San Juan Evangelista y San Francisco de Asís, que tiene sede canónica en la parroquia de San Pedro Pascual, y que fue erigida Cofradía el pasado mes de abril, después de pasar por Prohermandad y Grupo Parroquial. Una imagen que fue bendecida por el propio Obispo Don Sebastián en marzo de 2022 y que fue tallada por el imaginero toxiriano, José Miguel Tirao Carpio, para esta Hermandad de Pasión de la capital.

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Autoridades, como el alcalde de la ciudad, miembros de la Corporación Municipal, autoridades autonómicas y militares, cofrades y fieles se han sumado a esta celebración con la que arranca la Cuaresma. Las lecturas han estado participadas por miembros de la Agrupación de Cofradías y el Evangelio lo ha proclamado, D. Raúl Contreras como párroco in solidum de San Pedro Pascual.

Homilía

Don Sebastián quiso trasladar al Teniente Coronel de la Guardia Civil, en nombre de toda la Diócesis, su pésame por los dos guardias civiles muertos en acto de servicio en Barbate, la pasada semana. Y resaltó que dieron su vida luchando contra una lacra de la sociedad como es el narcotráfico. En su homilía, el Prelado jiennense comenzó definiendo la Cuaresma como un tiempo recio, pero a la vez, como un tiempo de gracia: “en el tiempo recio de la Cuaresma, tiempo singular, tiempo santo y santificador. Un tiempo en el que se siente la presencia y la llamada de Dios. Por tanto, un tiempo de gracia”.

Después, quiso significar este camino hacia la Pascua como un tiempo de esperanza y oportunidades: “el recuerdo de la Muerte y Resurrección de Jesús. Es el gran acontecimiento de nuestra salvación. La gran revelación/acción de Dios en favor nuestro; la cumbre y la coronación de la vida de Jesús, de su amor y su obra por nosotros, la cumbre de la creación. La derrota de todos los males y la gran victoria de la salvación para todos nosotros. Desde entonces hay salvación y esperanza”. Don Sebastián profundizó en el significado de este tiempo y ha expresado la necesidad del cambio, marcado por dos rasgos generales. El primero, “Se nos pide el esfuerzo de reconocernos pecadores”. Y el segundo, “el esfuerzo de intentar ser mejores. No podemos resignarnos a ser siempre así. No podemos perder la esperanza ni renunciar a los deseos de nuestro corazón, de nuestra conciencia, de ser mejores”, ha aseverado el Obispo de Jaén.

Del mismo modo animó a los presentes a acercarse al sacramento del Perdón. “La Cuaresma es tiempo de reconciliación. Busquemos de corazón esa alegría suprema de estar en paz con Dios, ese gozo interior de sentirle cerca de nosotros y de vivir de acuerdo con Él en la verdad profunda de nuestra vida, en la familia, en el trabajo, en las relaciones con los demás, en el uso de nuestros bienes, en la distribución de nuestro tiempo y en el desarrollo real y diario de nuestra vida”.

En definitiva, el Prelado jiennense pidió vivir este tiempo abiertos al cambio, añadiendo al quehacer de cada día un esfuerzo en la oración, el ayuno y la ayuda a los más desfavorecidos. “Un programa de vida justa, recta y santa, digno de un cristiano y de una cristiana, en el que haya: tiempo para la oración, para la lectura del evangelio y de libros de devoción, para rezar nuestras oraciones y participar piadosamente en la Eucaristía; tiempo para el servicio al prójimo, para la limosna, para visitar a los enfermos, para ayudar a los necesitados; tiempo para la renuncia, el ayuno, para la abnegación, que es tanto como tiempo para el servicio, para el amor a los demás, para el perdón y la misericordia”.

Para concluir, animó a los jiennenses a participar en las “24 horas pare el Señor” que se celebrará entre los días 8 y 9 de marzo.

Rito de la Ceniza

Al finalizar la predicación, se realizó el rito de la imposición de la ceniza. El Obispo fue el primero en recibirla, de la mano del Deán de la Catedral, para después, él imponerla a los sacerdotes, seminaristas y al resto de los fieles, mientras pronunciaba, “Conviértete y cree en el Evangelio” Cuando el Obispo impartió la bendición comenzó el Vía Crucis, cuya primera Estación fue el propio templo catedralicio. Un recorrido por las distintas estaciones del ejercicio del Vía Crucis desde la Plaza de Santa María, a Obispo González, Plaza Cruz Rueda, Conde, Cantón de Jesús, Carrera de Jesús, Glorieta Doña Lola Torres, Juan Montilla, Carretera de la Circunvalación, Doctor Azpitarte, a su Iglesia, la parroquia de San Pedro Pascual en el barrio de La Glorieta.

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