MÁLAGA

Ismael: “Si mi hija hubiera recibido unos pies de madera y unas manos como pinzas, no sería lo que es hoy"

El padre de Sarah Almagro, la joven que perdió los brazos y las piernas por una infección bacteriana, destaca la importancia de recibir prótesis personalizadas

Andrés G. Atienza

Málaga - Publicado el - Actualizado

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La Junta de Andalucía ha aprobado de manera inicial que a aquellas personas que sufran amputaciones, se les pueda prescribir prótesis de última tecnología para permitir que normalicen su vida. A día de hoy, esta aprobación tiene forma de orden de servicio transitoria hasta que se apruebe de manera definitiva, probablemente dentro de unos meses.

Esta aprobación ha sido calificada de histórica por la familia de Sarah Almagro. Una joven marbellí de 21 años que fue ingresada el verano de 2018 aquejada de dolores, vómitos, nauseas, y fuertes episodios de fiebre. En principio a Sarah le diagnosticaron gastroenteritis. Desgraciadamente era algo mucho más grave.

Un fallo multiorgánico posterior reveló a los médicos del Hospital Costa del Sol de Marbella que lo que tenía Sarah no era una fuerte gastroenteritis, sino una importante infección causada por una bacteria muy agresiva que derivó en la amputación de los dos brazos y las dos piernas de la joven. Su padre, Ismael Almagro, ha pasado hoy por Herrera en COPE MÁS Málaga y ha destacado la importancia del paso dado por la sanidad pública andaluza: “A cada amputado hay que darle lo que necesita. Ni más, ni menos. Va a permitirle normalizar su vida y que pueda trabajar, cotizar y desempeñar todas sus funciones”.

COSTEAR LAS MEJORES PRÓTESIS

En el caso de su hija, ellos han tenido que afrontar por su cuenta los 200.000 euros que han costado unas prótesis individualizadas de última tecnología. Estas prótesis, que no eran costeadas por la sanidad pública, han ayudado a Sarah a mejorar mucho en los últimos años: “Pongámonos en el caso en el que no hubiéramos luchado tanto y Sarah no hubiera tenido esas prótesis que han conseguido normalizar su vida y en su lugar tuviera los pies de madera que daba el catálogo hace un año, y unas manos que son una pinza de feria. A lo mejor no estaría como está”, asegura Ismael.

Las prótesis que Sarah lleva en los brazos no son para toda la vida porque necesitan actualizarse cada cierto tiempo. Su padre confía en que ahora esos costes corran por cuenta de la sanidad pública: “Si adaptamos las prótesis a las personas, podemos darle la felicidad. Y la sanidad es eso”. Actualmente, Sarah Almagro estudia Derecho y se ha convertido en subcampeona mundial del Surf adaptado.