Menopausia: alimentos imprescindibles para combatir sus efectos secundarios

Las isoflavonas son unos compuestos que cuentan con una estructura muy similar a los estrógenos, que son hormonas sexuales esteroideas de tipo femenino, principalmente. Las isoflavonas se encuentran mayormente en especies pertenecientes a la familia de las Fabaceae, a la que pertenecen, por ejemplo, el trébol rojo, las legumbres, los frutos secos, el té, y especialmente, la soja.

Las propiedades de las isoflavonas para ayudar a minimizar algunos efectos de la premenopausia están demostrados en varios estudios. Según el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, aunque los efectos de las isoflavonas no son potentes, las concentraciones alcanzadas en el organismo son lo suficientemente altas como para poder producir sus efectos fisiológicos.

PROPIEDADES
Entre sus propiedades, la más destacada es su capacidad para mitigar algunos de los efectos secundarios que suelen aparecer durante la premenopausia.

Uno de esos efectos son los sofocos. Sobre la efectividad de las isoflavonas en este aspecto, la web del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos se hace eco de “un ensayo llevado a cabo en 1106 mujeres premenopáusicas de edades comprendidas entre los 35 y los 54 años. En ese ensayo se las alimentó con una dieta rica en proteínas de soja con isoflavonas, durante 6 años. Sólo 101 de dichas mujeres informó de haber padecido sofocos menopáusicos. Se estableció que la probabilidad de padecer dichos sofocos era inversamente proporcional al consumo de isoflavonas de soja”.



CANTIDADES
La cantidad de isoflavona que contienen los alimentos no suelen tener una gran repercusión en la química de nuestro cuerpo. Según la bióloga y técnica en Dietética y Nutrición, Ana Higueras, si queremos potenciar sus efectos en el organismo “es recomendable ingerir suplementos que contienen concentraciones mucho más altas”.

Higueras indica que al tratarse de un estrógeno principalmente femenino, cuando la mujer llega a la premenopausia “es cuando podemos echar mano de estas estructuras vegetales para suplir un poco y de cierta manera algunos efectos secundarios. Los que más suelen perjudicar a la mujer son los sofocos y la pérdida de densidad ósea porque el estrógeno es el que mantiene también las concentraciones de calcio en nuestro cuerpo”.

Sobre la osteoporosis postmenopáusica, y según los Colegios de Farmacéuticos, “se ha comprobado en estudios animales y humanos que las isoflavonas aumentan la densidad ósea. Los efectos parecen ser debidos más a un aumento en la producción de hueso que a una disminución en la resorción ósea. Las isoflavonas han demostrado ser efectivas sólo como preventivas”.

CUANDO EMPEZAR A TOMARLA

La isoflavona es recomendable comenzar a tomarla a partir de cierta edad. Como indica la experta “en mujeres premenopáusicas, a partir de los 40 años aproximadamente, podemos decir que pueden empezar a tomar estos suplementos con isoflavona, de soja principalmente. Aunque también existen de trébol rojo porque es otra planta que las tiene muy altas”. Estos suplementos serían ideales para disminuir toda la sintomatología que más tarde presenta la menopausia.

Higueras también señala que estos suplementos también se pueden comenzar a tomar cuando ya ha comenzado la menopausia “hay muchas mujeres que vienen cuando están ya con ella. Y sí que conseguimos con estas isoflavonas disminuir al menos la intensidad de esos sofocos y también la frecuencia de los mismos”, indica.

Es importante tener en cuenta que aunque las isoflavonas consiguen atenuar estos efectos secundarios de la menopausia, no que desaparezcan del todo “lo que sí se alcanza es que la calidad de vida de esas mujeres sea muchísimo mejor y, al no tener que interrumpir tantas veces el sueño, pueda descansar por las noches”, asegura la bióloga y técnica en Dietética y Nutrición.

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