Tres meses después, comienza la nueva cuenta atrás para Ramón en el Málaga

Hace 11 meses abandonó el Anxo Carro en camilla y entre lágrimas, fue un 23 de abril en Lugo. El Málaga ganaba por 0 a 2 y el sueño de la permanencia en segunda división estaba más cerca. Pero justo en ese momento se desmoronaron todos los sueños. Ramón Enríquez, el mediocentro de Órgiva sufría una lesión en el cuádriceps de su pierna derecha y quedaba pendiente de evolución. Buena parte de la reacción del Málaga vinieron de las dosis de talento de Ramón. Nadie, ni el propio Pellicer podía intuir después de ese partido en Lugo, que el calvario de Ramón acaba de empezar: “Es la peor noticia, no somos muy optimistas. Se ha mareado por el dolor que tenía”, decía un preocupado Pellicer tras el partido

SIN PLAZOS

Sin plazos, con un tratamiento conservador, nadie se aventuraba a augurar la fecha de regreso de Ramón, las jornadas pasaban y ya se intuía que el Málaga perdía a su timón y que el descenso era un hecho. Se esperaba que Ramón volviera con el nuevo curso y ser la cabeza del proyecto de retorno del Málaga a segunda división, de hecho el jugador, en agosto, esperaba estar a finales de septiembre: “Se rompió el tendón, es mejor ir sobrados de tiempo y no quedarse corto. Está siendo complicado. Espero poder competir en septiembre y que no haya contratiempo”, llegó a manifestar el propio Ramón.

Llegó a entrar en la convocatoria, contra el Sanluqueño, pero el 13 de diciembre un nuevo jarro de agua fría, Ramón se volvía a lesionar. Esta vez una lesión más concreta, lesión en el recto anterior del cuádriceps de la pierna derecha. El director general, Kike Pérez, se encargaba en explicar que era una lesión diferente: “No tiene nada que ver con la lesión anterior. Cuando hay un periodo largo de inactividad, suele pasar estos traspiés, esperamos que sea para pocas semanas”.

VUELTA A EMPEZAR

La nueva lesión fue un mazazo muy duro para Ramón y para el Málaga. Ramón estaba muy tocado y entre todos se afanaban en buscar la mejor solución para el de Órgiva. Manolo Sánchez, entrenador ayudante de Pellicer, relataba el estado de Ramón: “Lo está intentando todo, hay que dar con la tecla. Él pone de su parte y a nivel emocional es duro. Hay que tener empatía con él y vamos a intentar recuperarlo con tiempo, con pausa y sin precipitación.”

En solitario, apartado de sus compañeros, comenzaba una nueva cuenta atrás para Ramón. Muchas dudas en su futuro, un mercado de invierno en el horizonte, la posibilidad de retirarle la ficha y un contrato que acaba en junio. Sin embargo, el Málaga, con Loren Juarros a la cabeza, se encargó de asegurar, que Ramón iba a volver. “Somos medianamente optimistas, pensamos que nos va a poder aportar a final de campeonato y que esta vez vamos a llegar hasta el final”.

Hoy, 331 días después, Ramón ha sido la gran novedad en el entrenamiento del Málaga. Comienza ahora su puesta a punto para ser el jugador que fue y ayudar al equipo en estas 10 finales que quedan por delante. Como anunciaba Pellicer el viernes pasado, hay que seguir con mucha paciencia con él: “Vamos a ir día a día, viene de una inactividad muy grande y esperemos que sea la definitiva”.

La vida no es un camino de rosas, ni siquiera para los deportistas de élite. En muchas ocasiones las lesiones marcan la trayectoria de los deportistas y nos impiden ver todo su talento en el momento más inoportuno. Lamentablemente en el Málaga tenemos dos ejemplos muy claros, el de Haitam y sobre todo, el de Ramón Enríquez. Ojalá solo volvamos a hablar de ellos por su talento y no por sus lesiones.