CONSEJOS
Así pueden acabar con nuestra vida las picaduras de las garrapatas
Las últimas lluvias han provocado que proliferen en el campo
Málaga - Publicado el - Actualizado
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El mundo ha evolucionado mucho y ya hay remedio para casi todo, pero lo que el ser humano no ha logrado es la erradicación de dos seres minúsculos que depende la época del año amenazan con molestarnos: los piojos y las garrapatas.
Los piojos suelen ser enemigos de los más pequeños de la casa y es habitual su proliferación cuando comienza el curso escolar, en el caso de las garrapatas siempre la asociamos a las mascotas que tenemos en casa y para ello nos valemos de los collares anti parasitarios.
Pero no te confíes, las garrapatas no sólo habitan en los perros y gatos, también abundan en el campo, césped y sobretodo en matorrales y en hierbas altas. Este párasito, clasificado dentro del grupo de súper ácaros.
La mayoría de las picaduras de garrapata son inofensivas, pero algunas de ellas pueden acarrear consecuencias muy graves para la salud. Una de las más peligrosas es la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, que tiene una mortalidad del 30% sin tratamiento: “Las recientes lluvias de la primavera han dado lugar a un importante crecimiento de la vegetación que, junto con las altas temperaturas que venimos alcanzando, constituyen el perfecto caldo de cultivo para la proliferación de las garrapatas”, explica Fernández de Lezeta, directora general de Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA)
TRANSMISORAS DE LA FIEBRE HEMORRÁGICA DE CRIMEA - CONGO
Las garrapatas son un tipo de artrópodos transmisores de enfermedades tan peligrosas como la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, una de las enfermedades trasmitidas por garrapatas con mayor extensión a nivel mundial. España es un país con riesgo de circulación del virus debido principalmente a su proximidad geográfica con África; su condición de lugar de tránsito obligado de aves migratorias procedentes de zonas endémicas; por ser una zona con una gran presencia del vector responsable de la transmisión; y debido también a sus condiciones climáticas, similares a otras zonas donde se ha evidenciado la circulación de este virus.
Este patógeno se transmite a las personas, ya sea por la picadura de garrapatas o por contacto con la sangre o tejidos de animales infectados. La mayoría de los casos se han dado en personas relacionadas con la industria ganadera, como trabajadores agrícolas, trabajadores de mataderos y veterinarios. De igual manera, pueden darse casos de transmisión entre seres humanos cuando exista contacto estrecho con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas.
Desde 2016, ya se han contabilizado hasta cinco casos endémicos de esta enfermedad emergente. El último de ellos, el de un hombre de mediana edad en Salamanca que tuvo que ser hospitalizado.
SÍNTOMAS
Los síntomas de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo comienzan de forma súbita, en forma de fiebre, dolor muscular, mareos, dolor y rigidez de cuello, lumbago, cefalea, irritación de los ojos y fotofobia (hipersensibilidad a la luz). Pueden producirse igualmente náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y dolor de garganta al principio, seguidos de bruscos cambios de humor y confusión. Al cabo de dos a cuatro días, la agitación puede dar paso a somnolencia, depresión y debilidad. Otros signos clínicos posibles son taquicardia, adenopatías (inflamación de los ganglios linfáticos), y diversos fenómenos hemorrágicos, de ahí su particular nombre.
La tasa de mortalidad asociada a esta enfermedad es de aproximadamente un 30%, y la muerte sobreviene durante la segunda semana. Entre los pacientes que se recuperan, la mejoría comienza generalmente al noveno o décimo día tras la aparición de la enfermedad.
RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCIÓN
“Las garrapatas suelen encontrarse en las hierbas altas, con lo que es fácil que se adhieran tanto a los animales como a las personas cuando pasan cerca para alimentarse de su sangre. Y no se sueltan hasta que se hinchan y su cuerpo se llena por completo”, explica Fernández de Lezeta.
Ante la proliferación de esta especie y el aumento de los paseos por zonas naturales, por parte de la población general tras el confinamiento, ANECPLA recomienda extremar las medidas de prevención para evitar el contacto con garrapatas y, consecuentemente, el contagio de las mencionadas enfermedades de las que es vector de transmisión, prestando especial atención al sector rural.
Así lo afirma la directora general de ANECPLA, quien aconseja “utilizar ropa protectora adecuada, que deje visible la menor superficie de piel posible. Por otro lado, y después de una exposición a ambientes donde cabe esperar la presencia de este animal, es importante revisar tanto la ropa como la piel y el pelo (las zonas calientes como las axilas, el cuello, la cintura y la cabeza son sus preferidas). Y, en caso de detectar alguna garrapata retirarla rápidamente, siempre con cuidado y la técnica adecuada”.
PROTEGE A TU PERRO
Además de los mencionados perjuicios a seres humanos, la picadura de las garrapatas puede acarrear complicaciones de salud también en los animales, siendo la babesiosis y la erliquiosis las enfermedades más comunes que transmite. En este sentido, ANECPLA recomienda a los dueños de animales, especialmente los perros, extremar las precauciones en las salidas al campo a fin de evitar compañías indeseadas. Al tratarse de un parásito silencioso que no genera ni picazón ni prurito, se aconseja realizar una revisión exhaustiva del animal tras un paseo por el campo o zonas ajardinadas como método de detección.
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