EDUCACIÓN
La importancia de la autoridad de los padres para la educación de los hijos
El equilibrio entre autoridad y libertad es la piedra angular de la educación desde que nuestros hijos son pequeños y los padres deben encontrarlo
Málaga - Publicado el - Actualizado
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Queremos conocer cuál es el equilibrio entre autoridad y libertad y para eso hemos consultado a un profesional. David Cercas es profesor de economía y matemáticas en el colegio Sierra Blanca-El Romeral y responsable de formación en la etapa de secundaria y bachillerato, y además padre de cuatro hijas.
EXIGIR PARA EDUCAR
David Cercas nos ha contado cómo entiende la exigencia y de qué manera debemos ejercerla. 'Yo me haría dos preguntas. Una sería ¿Educar para qué? y la otra. ¿La libertad para qué? Nosotros, en el colegio Sierra Blanca-El Romeral, colaboramos en la educación de los hijos para que sean personas libres, porque solo, si son libres, pueden ser felices. Y la libertad, como todo lo valioso, hay que educarla'.
QUÉ ES EDUCAR
'Educar es sacar de ti tu mejor tú' dice David Cercas. 'O sea, ayudar a alcanzar tu propia perfección. O dicho de otra manera: ayudar a descubrir la alegría de la cosa bien hecha. Y es que la educación es un proceso intencional.¿Qué quiero conseguir con este hijo? ¿Cómo quiero que sea? ¿Cómo lo quiero educar? Esto exige pensar un proyecto educativo familiar que se va concretando en planes personales de mejora con cada hijo, con cada alumno: adaptándonos como un guante a la mano a su manera de aprender. En definitiva, los educamos porque los queremos'.
LOS PRINCIPIOS
'El colegio Sierra Blanca-El Romeral, desde sus inicios, hace ya más de 45 años, cuenta en su ADN con el trabajo asiduo y cercano con los padres, los verdaderos protagonistas de la educación de los hijos, y con sus hijos, a través de entrevistas profesionales, siguiendo el proceso educativo, que se podría resumir en los siguientes pasos:
1.- Enseñar. Ofrecer la verdad y ayudar a descubrirla. Partiendo de que el descubrimiento es siempre algo personal. Nosotros, los educadores, hemos de ser amigos de la verdad. Y la verdad como lo decía Machado: “Tú verdad no, la verdad. Y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela”.
2.- Hacer pensar. Si, a su nivel, hacemos que el hijo piense, y así las cosas tendrán sentido para él. Buscamos un diálogo con la verdad, para que luego tenga argumentos para la propia vida.
3.- Ayudar a poner el corazón. Hay que disfrutar, descubrir la alegría de la obra bien hecha. No podemos olvidar que el mundo afectivo tiene gran valor en la vida personal de cualquiera. Al poner el corazón, digamos que anticipo -con la imaginación- la posesión de ese bien: por fin lo veo posible y entonces puedo poner ilusión.
4.- Fomentar la decisión. Decisiones personales que son compromisos. Compromisos conscientes de la renuncia y el esfuerzo que suponen. Conscientes de que vale la pena.
5.- Ayudar a concretar. Hacer posible en su vida de hoy lo que él quiere, lo que él espera. En definitiva, ayudarle a triunfar.
6.- Acompañar. Acompañar en el esfuerzo, sin suplantar. Ayudar a descubrir los logros, y ver el camino ya recorrido. Alentar ante las dificultades, combatiendo el desaliento. Y para esto, confiar. Y para confiar, confiar. Contar con el tiempo.
7.- Exigir. Que no es otra cosa que enfrentar a cada uno con su propia responsabilidad, con lo que él ha decidido. Con sentido positivo, ¡eh! sin aplastar con la responsabilidad. La responsabilidad digamos que es la otra cara de la libertad. Al fin y al cabo, se corrige a quien se ama.
LA AUTORIDAD
'La autoridad es un servicio. La autoridad es un derecho del hijo', asegura David Cercas. 'Y uno puede renunciar a sus propios derechos, pero no a los derechos de los demás. Es una paradoja lo que voy a decir ahora, pero la libertad se adquiere obedeciendo. La libertad necesita una personalidad firme. Y una personalidad firme se consigue con ejercicio. Es necesario educar, pero sin exigir es imposible educar. Y ellos, los alumnos, los hijos, lo saben'.
EJERCER LA AUTORIDAD
Para David Cercas, 'La autoridad ha de ser positiva. Establecer normas no es lo mismo que ser autoritario. Una autoridad positiva es incompatible con gritos, amenazas, con insultos. Las órdenes han de ser exactas, claras, firmes, pocas palabras, dirigidas a la acción. Por ejemplo; “pórtate bien…” vs. “siéntate y no te levantes hasta que termines”, dando opciones cuando caben; “Hoy viernes si podrás ver la tele cenando, porque todos los días te has acostado a tu hora sin protestar”. En las órdenes también cabe advertir las consecuencias; “Si te levantas, entenderé que ya has terminado y no tomarás nada hasta la próxima comida”.Definitivamente, podemos decir que conseguir que un niño obedezca es tan sencillo como dar una orden, poner consecuencias y cumplirlas. Educar lleva implícito equivocarse porque hay días, épocas, que estamos más cansados, irascibles, pasando un mal rato, especialmente en estos momentos que estamos viviendo. Lo mejor es que a nadie engañamos: Ellos nos conocen, saben nuestros defectos, y nos perdonan casi todo. Así que no dejemos de hacer lo propio como padres y educadores: poner cariño y exigencia, firmeza y paciencia'.