Javier, un malagueño diagnosticado de diabetes en la madurez: “Sigo corriendo maratones”

Javier tiene 39 años. Él es uno de los 6.000 malagueños que padecen diabetes tipo 1, una enfermedad con la que ha tenido que aprender a convivir ya de adulto: la diabetes le dio la cara en 2016, a sus 32 años.

Comenzó a sentirse más cansado de lo habitual y a orinar con demasiada frecuencia. No sospechaba que podía ser diabetes porque este marbellí, ingeniero de Caminos del Estado, lleva una vida muy sana: siempre le ha gustado cuidar su alimentación y es un apasionado del running. Pero un análisis reveló que tenía el azúcar por las nubes: “Hay gente a la que se le manifiesta con 40, con 50 años... no hay una edad ni una explicación”.

UN TRATAMIENTO LLEVADERO

Él tiene “la suerte” de no necesitar aún insulina, aunque los médicos no descartan que, más adelante, tenga que pincharse como tantos otros diabéticos.

Su tratamiento “es mucho más llevadero” porque se toma una pastilla por la mañana y otra por la tarde. Eso además de “cuidar mucho” lo que come: “Nada de azúcar, nada de procesados e intentar comer lo más natural posible... verduras, carnes, pescados... y, de esta forma, por ahora me puedo ir manteniendo con este tratamiento”.

DIABETES Y DEPORTE

Cuando le detectaron la diabetes, uno de los miedos de este marbellí era tener que dejar de hacer deporte: “Me recomendaban andar una hora al día, hacer un deporte ligero... pero hay mucho desconocimiento”. Y pone como ejemplo a deportista de élite que son diabéticos, como el futbolista del Real Madrid Nacho y el tenista Alexander Zverev. El propio Javier sigue corriendo maratones e, incluso, ha participado en la prueba de los 101 kilómetros de La Legión de Ronda.

DOS TIPOS DE DIABETES

Con motivo del Día Mundial de la Diabetes, hemos querido conocer la historia de este malagueño, uno de los 6.000 malagueños diagnosticados de diabetes tipo 1, que se suele manifestar en personas jóvenes (de hecho hay un pico de diagnósticos en la adolescencia).

Según el jefe de servicio de Endocrinología del Hospital Regional de Málaga, el doctor Gabriel Olveira, se suele manifestar “con una clínica muy llamativa: la gente tiene mucha hambre y, a pesar de eso, pierde peso; orina mucho y bebe mucho”.

La diabetes tipo 1 es la que produce el cuerpo de manera natural y la tipo 2 es la que está asociada a los hábitos de vida poco saludables, como la obesidad, la falta de ejercicio físico o llevar una dieta insana.

En todo caso, ni una ni otra tienen cura y, además, pueden derivar en graves complicaciones de la salud. “Es una enfermedad crónica y, además, es grave porque puede producir complicaciones y afectar a la vista, el riñón y provoca un aumento de riesgo cardiovascular”, añade el doctor Olveira.