¿Notarías la diferencia si durmieras en un colchón de 30.000 euros?
El descanso es la clave para tener un buen día pero... ¿cuánto estarías dispuesto a pagar?
Madrid - Publicado el
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Cada día son más las personas que deciden pagar más por una mayor comodidad en su descanso diario. A la hora de comprar un colchón, en el mercado existe una gran variedad, dependiendo del precio, los materiales de fabricación y las necesidades de descanso del cliente.
Podemos encontrar colchones a un precio asequible, más económicos para el bolsillo corriente, así como otros productos de lujo que pueden llegar a alcanzar los 30.000 euros.
TIPO DE CLIENTES
Como cuenta en COPE MÁS Málaga el director de Mi Colchón, Jacobo Guerrero, estos colchones de lujo “tienen los mejores materiales del mundo, la mejor lana, el mejor pelo de camello”. También explica cómo cada semana venden colchones de más de ocho mil euros, lo que significa un cambio en las prioridades de los clientes, que priorizan la máxima calidad sobre el precio.
Estos clientes son “personas muy normales”, según Jacobo Guerrero. Explica que los clientes habituales de estos productos suelen ser extranjeros con un alto nivel económico, pero cada vez más malagueños con una situación monetaria normal que están “abriendo su mente” y, al igual que se gastan dinero en coches o en casas, también destinan una parte de ese presupuesto a encontrar un colchón en el que descansar adecuadamente. “Depende tu día, las 24 horas, del lugar en el que estas descansando”. “Si no descansas bien, estás hecho polvo”, asegura Guerrero.
Y es que los colchones, que tienen una vida media de entre ocho a diez años, nos pueden acompañar hasta casi un tercio de nuestra vida.
DIFERENCIAS ENTRE COLCHONES
La diferencia entre unos colchones más económicos y otros más caros, se debe principalmente a los materiales que los componen. Los colchones de “lujo” están adaptados a las necesidades exclusivas de sus clientes, elaborados con los mejores productos del mercado internacional y buscando el bienestar del cliente.
La durabilidad, la ventilación y la firmeza son algunos de los aspectos claves de este tipo de camas, que suelen tener mayor grosor que las de menor precio, aportando una sensación de estabilidad y confort.