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Temperatura del agua del mar: un combustible que marca la diferencia entre DANA moderada o catastrófica
En puntos del Levante se han acumulado más de 400 litros por metro cuadrado en cuatro horas, una cantidad de agua que ha provocado la tragedia en varios municipios
Málaga - Publicado el - Actualizado
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Los expertos coinciden en que los fenómenos meteorológicos como la reciente DANA, serán cada vez más frecuentes en la cuenca mediterránea ¿Estaría Málaga preparada para recibir una DANA como la de Valencia? ¿Qué posibilidades hay de que lluvias de esta magnitud se produzcan en la capital y qué efectos tendrían?
Te damos algunos datos: desde que se tienen registros, desde el año 1942, en Málaga capital nunca se han producido unas precipitaciones como las que han afectado a Valencia. Sin embargo, sí se han producido episodios de lluvias torrenciales.
El más importante tuvo lugar el 27 de septiembre de 1957, cuando se registraron en la estación del Aeropuerto de Málaga 313 litros por metro cuadrado en 24 horas. En las inundaciones de 1989 cayeron en la capital 144 litros.
Además de estos dos episodios, desde 1942, desde que se tienen registros, las lluvias han superado los cien litros por metro cuadrado en Málaga capital en otras trece ocasiones más. La última vez en febrero de 2017.
¿MÁS FRECUENTES?
Estos son los datos históricos aportados por la AEMET a COPE Málaga, pero, ¿Serán las lluvias torrenciales sean cada vez más frecuentes? El director del Centro Meteorológico de Málaga, Jesús Riesco, apunta a que todos los modelos apunta a ello: “Según las proyecciones de cambio climático de todos los modelos, también el informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, en el futuro, aunque va a llover menos en cantidad anual en el sur de España, en menor cantidad de días, puede haber torrencialidad”.
Pero, ¿Qué está provocando que los episodios de lluvias sean más cortos y de mayor intensidad? Según nos cuenta, Jesús Riesco, que la temperatura, tanto de la atmósfera como de la superficie del agua, sea más alta, genera mayor capacidad para obtener vapor de agua que puede condensar y precipitar”.
Sobre las posibilidades de que en Málaga se registre un episodio como el vivido en Valencia, el experto pone sobre la mesa algunas diferencias clave entre las dos regiones que, a priori, dificultarían ese escenario: “La orografía de la provincia de Málaga tiene montañas bastante importantes, mientras la de Valencia no las tiene, es una llanura. También el agua está mucho más caliente en las costas de Valencia que en el Mar de Alborán en las épocas más proclives a las precipitaciones intensas”.
La temperatura del agua del mar es un factor muy a tener en cuenta a la hora de que se produzcan lluvias torrenciales: “Por el solo hecho de estar más caliente no implica que se vayan a producir precipitaciones, pero si se producen, cuanto más caliente esté el agua del mar, si viene el flujo desde el mar, las precipitaciones pueden ser mucho más intensas”.
TEMPERATURA DEL AGUA DEL MAR
El principal factor que provoca la subida de la temperatura del agua del mar es el aumento de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono, que calientan el aire y, en contacto con la superficie del mar, elevan la temperatura del agua.
En el caso del Mediterráneo, hay que sumar que se trata de un mar semicerrado, con escaso contacto con otros mares y océanos. Eso favorece su calentamiento.
En el caso de Málaga, su litoral está bañado por el Mar de Alborán, que sí cuenta con conexiones como la que lo une al océano Atlántico a través del estrecho de Gibraltar. El investigador del Grupo del Cambio Climático del Centro Oceanográfico de Málaga, Manuel Vargas, cuenta en COPE que, además, hay otra diferencia que se encuentra en el viento: “Hace que con frecuencia se produzcan fenómenos que se llaman de afloramiento. El agua, en este caso, aflora, es decir, el agua que está en el fondo sube a la superficie y la refresca, sobre todo durante episodios de poniente”.
En todo caso, el aumento de la temperatura de la atmósfera y la del mar, favorecen que los episodios de lluvias sean más cortos y más intensos. Por lo tanto, hay más probabilidades de lluvias torrenciales.
¿CÓMO AFECTARÍA A MÁLAGA?
Ante lo ocurrido en Valencia, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, ha anunciado que el ayuntamiento ha encargado estudios para ver cómo sería la respuesta ante lluvias de gran intensidad en la ciudad.
En COPE Málaga nos hacemos preguntas ¿Cómo y en qué zonas de la capital tendrían un mayor impacto estos episodios? ¿Está Málaga preparada para absorber precipitaciones como las que han caído en Valencia con más de 400 litros por metro cuadrado en pocas horas?
Una de las claves para responder a estas cuestiones la encontramos en la orografía: las rocas; el suelo que compone los Montes de Málaga, una de las zonas por donde bajan las escorrentías hacia la capital, no tiene capacidad para retener agua, un agua que debe pasar por la capital antes de desaguar en el mar. A eso se le suma otro factor: “Hay unas pendientes importantes desde la cabecera de los Montes de Málaga hasta la costa, lo que hace que el agua acumule una energía importante en todas las barranqueras, desde el Guadalmedina, hasta la zona este de Málaga”.
El catedrático en Hidrogeología de la Universidad de Málaga, Iñaki Vadillo, asegura que, de forma natural, no es posible evitar inundaciones ante un episodio como el de Valencia.
ZONAS VULNERABLES
La zona Este de la capital es uno de los puntos frágiles ante un episodio de lluvias torrenciales, pero existen otros puntos vulnerables: “Todavía sigue siendo el bajo Guadalhorce una zona de riesgo y toda la zona del polígono industrial, el aeropuerto, Churriana, Estación de Cártama. Todas estas zonas son potencialmente inundables”.
Según el catedrático, esos eventos de lluvias torrenciales suelen causar más daños porque, con el paso de los años, se ha ido conquistando más terreno a través de la urbanización: “Zonas en las que la ordenación del territorio no debería haber permitido la construcción del hombre”.
Los expertos consultados por COPE nos dejan varias conclusiones: una es que, el calentamiento de la atmósfera y del agua del mar, aumentarán la posibilidad de que los episodios de lluvias torrenciales sean más frecuentes en Málaga. Otra es que, en la capital, sigue habiendo dos puntos especialmente vulnerables a las riadas. Por un lado, la zona baja del Guadalhorce que comprende los polígonos industriales, el aeropuerto y Churriana. Por otro lado, El Limonar y Pedregalejo en la zona este, por donde bajan arroyos desde los Montes de Málaga.