TRÁFICO DE PERSONAS

El testimonio de una víctima de explotación sexual: “Le gustaba jugar a ser ginecólogo”

Con motivo del Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños, en COPE Málaga conocemos la historia de Sandra

Imagen: Freepik

El testimonio de una víctima de explotación sexual: “Le gustaba jugar a ser ginecólogo”

Carmen Cerbán

Málaga - Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

Sandra llegó a Málaga en 2019 desde su país, en Latinoamérica, con la promesa de un buen trabajo y un buen sueldo, todo a través de una vieja amiga: “Me buscó, empezó a hablarme y a contarme que estaba muy bien acá... yo estaba en un momento de vulnerabilidad económica y ella me planteó venir”. Después de un año dándole vueltas a la propuesta, acabó aceptando y viajó a España.

LA DEUDA CONTRAÍDA

Sandra comenzó trabajando en una casa, se encargaba de la limpieza. Pero a los seis meses, las personas que la habían traído a Málaga le dijeron que con el dinero que ganaba limpiando no llegaba para saldar la deuda por el viaje desde su país, por los gastos de vivir en Málaga... así que le dijeron que tenía que cambiar de trabajo.

La llevaron a otra casa, a un piso de citas donde apenas podía relacionarse con las otras chicas: “No podíamos tener contacto entre nosotras, solo nos veíamos las caras cuando nos llevaban a una salita a presentarnos hombres”.

“ME SENTÍA MAREADA, SUMISA”

Esos hombres eran sus clientes, a quienes Sandra debía satisfacer, sin que ella fuera del todo consciente. “Me iba sintiendo como mareada, muy sumisa, y accedía a muchas cosas”, relata la joven en una entrevista en COPE Málaga. Ella no sabía lo que le pasaba, hasta que supo que la estaban drogando, algo que descubrió tras sufrir una fuerte gastroenteritis por la que acabó en el hospital. 

Esta joven latinoamericana cuenta en COPE que, durante el tiempo que fue explotada sexualmente vivió episodios muy fuertes, que llegó a sentir miedo. Uno de sus clientes montaba “como un juego en el que él era un médico, tenía un cuchillo, me apuntaba con él y me hacía daño”. Además, “tenía aparatos de ginecología y a mí y a otras compañeras, con esos aparatos nos hizo mucho daño”.

“PARECÍAN MUY EDUCADOS”

Ella todavía se está recuperando de las secuelas físicas que le provocaron aquellas prácticas sexuales con hombres aparentemente normales. Sandra cuenta que esos clientes parecían “personas muy educadas al hablar, muy cariñosas, pero cuando ya nos tenían drogadas comenzaban a hacer con nosotras lo que ellos querían”.

      
             
      

Ese fue el infierno que vivió Sandra durante un año y ocho meses, hasta que consiguió contactar con la Policía, a pesar del temor que los miembros de la trama le habían infundado. “Les dije que me iba a ir y me dijeron que no podía porque, si me encontraba en la calle con un policía, me iban a meter presa”, relata Sandra en los micrófonos de COPE.

AMENAZA DE CÁRCEL Y MULTA

Asegura que los miembros de la red que la explotaban sexualmente a ella y a otras mujeres las atemorizaban diciéndoles que, “como ya llevábamos seis meses en España, ya teníamos que pagar cárcel y una multa de 20.000 euros” por su situación irregular. 

Ella acabó confiando en la Policía y su testimonio fue clave para que la Policía Nacional acabara desarticulando la red que la había traído a ella y a muchas mujeres más a España para ejercer la prostitución. Y hoy ha rehecho su vida en Málaga. “Ahora estoy estudiando y trabajando... las secuelas quedan, pero tengo una vida casi normal”.

      
             
      

Es la experiencia de Sandra, un testimonio que te ofrece COPE Málaga con motivo del Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños.