Tía Agustina, la Manuela Malasaña de la Axarquía que resistió al ejercito de Napoleón con abejas

El Centro de Interpretación Galería del Bandolero de El Borge celebró el pasado 23 de febrero su primer aniversario con una jornada de puertas abiertas y una programación cultural en el que la actividad central fue la primera ruta teatralizada ‘Tía Agustina, una mujer de armas tomar’, en la que se revivirá la historia sobre la conocida como ‘Manuela Malasaña de la Axarquía’, quien dirigió la resistencia contra la llegada del ejército napoleónico a El Borge a principios del siglo XIX.

Ismael Fernández, técnico de turismo y cultura de El Borge y presidente de la asociación Amigos de la Galería del Bandolero pasó por los micrófonos de Cope Más Málaga. “A veces las historias de mujeres no se cuentan, para bien y para mal no se cuentan. En este caso recuperamos la historia de la que dicen que fue la Manuela Malasaña de la Axarquía, es decir, la imagen de la resistencia contra la invasión napoleónica en esta zona”, comenta.

TIA AGUSTINA, LA PANADERA DE EL BORGE

El Borge cuenta con una calle denominada calle Agustina, donde nació esta ilustre panadera que fue una heroína local y que a día de hoy sigue albergando la que fuera su casa. “Tuvo la inteligencia para conseguir ganar tiempo para que muchas personas de la zona huyeran, fue la resistencia a Napoleón”, explica Ismael Fernández. Hablamos de una historia que ocurrió hace ya más de 200 años, concretamente en el año 1808.

LAS ABEJAS FUERON SU ARMA SECRETA

El Borge y la zona de la Axarquía en general es un territorio donde abunda la viña, el olivo y el almendro. Pero antiguamente, cosa que ya casi no hay, había muchas abejas y miel. Luchar contra el ejército de Napoleón era prácticamente imposible por lo que Tía Agustina tiró de ingenio para ganar tiempo para huir. “Llamó a todas las mujeres de El Borges, porque sabemos que las mujeres han sido siempre las apicultoras, las encargadas de las abejas. Colocó estratégicamente todos los panales en las entradas a la Plaza de la Constitución con la idea de que cuando los caballos llegasen por la mañana e intentasen entrar en la plaza, las abejas salieran. Esas picaduras que le hicieron provocó que se tuvieran que retirar un par de días a curarse de ellas y en esos dos días, pues le dio ese tiempo para huir a muchas familias de lo que es el mayor ejército de la historia”, explica.