Un hostelero de Málaga hace el truco del cambio durante un año y termina detenido: acumuló 86.000 euros

El churrero de Marbella aprovechó un fallo en el sistema para introducir y devolver billetes, quedándose con el dinero sin que el aparato lo detectara

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Esculturas de Dalí bordeando la calle de Marbella en la Avenida del Mar, Costa del Sol

José Manuel Nieto

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La historia podría parecer sacada de una película de picaresca española, pero ha ocurrido en la Costa del Sol. La Policía Nacional ha detenido a un empleado de una churrería en Marbella, acusado de apropiarse indebidamente de 86.000 euros tras aprovechar durante más de un año un fallo en la máquina de cobro automático. El sistema, diseñado precisamente para evitar fraudes, no detectó durante meses las maniobras del trabajador, que realizaba el conocido "truco del cambio".

El mecanismo era simple, pero efectivo: el empleado introducía billetes en la máquina, cancelaba el proceso y conseguía la devolución del billete junto con el cambio que el sistema generaba como si la transacción hubiera sido completada. Así, se quedaba con el dinero en efectivo sin dejar apenas rastro, mientras los tickets emitidos por el terminal seguían registrando consumiciones ficticias.

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Chiringuito concurrido en el puerto de Marbella, en temporada de invierno

Las irregularidades salieron a la luz cuando el propietario del local comenzó a notar un desfase constante entre el dinero recaudado y las ventas registradas. Al consultar con la empresa proveedora del sistema de cobro, los técnicos descartaron cualquier fallo técnico o mecánico, lo que orientó la investigación hacia una posible manipulación humana. La confirmación definitiva llegó tras revisar las cámaras de videovigilancia, donde se pudo observar claramente la maniobra repetitiva del empleado, quien realizaba estas operaciones incluso fuera de su horario laboral.

Un fraude millonario  

El arrestado no actuaba de forma improvisada. Según fuentes policiales, llegó a utilizar billetes de hasta 200 euros para maximizar el beneficio obtenido en cada operación. El fraude, aunque sofisticado en apariencia, se basaba en una rutina sencilla repetida decenas de veces, lo que demuestra la importancia de contar con controles internos eficaces y auditorías periódicas en los negocios de hostelería, especialmente en aquellos que manejan grandes volúmenes de efectivo.

El caso ha servido como advertencia para muchos empresarios del sector, quienes, tras conocer los hechos, han comenzado a revisar sus propios sistemas de cobro. La policía ha procedido al registro del domicilio del acusado y al bloqueo de sus cuentas bancarias, mientras continúa la investigación para esclarecer si actuó solo o si podría haber más personas implicadas.

Se abre el debate

El incidente reabre el debate sobre la fiabilidad de los sistemas automáticos de cobro y la necesidad de mantener una supervisión constante sobre ellos. Aunque estas máquinas están diseñadas para evitar robos y errores humanos, su efectividad queda en entredicho si no se complementan con medidas de vigilancia y control contable.

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Este caso también pone de relieve que, en ocasiones, la confianza excesiva en la automatización puede abrir la puerta a nuevas formas de delincuencia, especialmente cuando quienes conocen el sistema por dentro buscan las grietas del mismo. Por ello, los expertos recomiendan combinar la tecnología con una gestión activa y responsable, capaz de detectar cualquier anomalía antes de que el daño sea irreversible.

La justicia deberá ahora determinar la responsabilidad penal del detenido, quien podría enfrentarse a delitos de estafa y apropiación indebida, según fuentes judiciales. Mientras tanto, el sector hostelero toma nota de lo ocurrido para reforzar sus medidas de seguridad.