Cómo cambió la vida de Manuel al comprar en una web de productos de segunda mano: "Muy asustado"
Manuel, es el nombre ficticio de un joven que tuvo que contratar los servicios de un bufete de abogados especializado, para recuperar la normalidad de su vida
Sevilla - Publicado el
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Pongamos que se llama Manuel. Que es una persona normal, con sus rutinas, su trabajo, su familia. Manuel se levanta cada mañana para iniciar su jornada, se prepara su café, se asea y sale hacia su oficina. Antes de irse revisa el buzón y dentro se encuentra algunos folletos de publicidad, las cartas del banco y un sobre que le llama la atención: Es del Juzgado y lleva su nombre.
Siente un escalofrío y se pregunta qué puede ser. No espera a llegar al coche, la abre allí mismo y al comenzar a leer se le hunde el mundo bajo los pies.
Manuel ve su nombre al lado de la palabra estafa, ve fechas de una citación, casi se le nubla la vista, no entiende qué está pasando. Vuelve a mirar la carta, vuelve a leer su nombre. ¿Será un error? ¿Será una broma macabra? Está paralizado, no sabe qué hacer, dónde acudir.
Lo comenta con su familia y le recomiendan consultar con un abogado. Comienza su búsqueda de un profesional que le aclare qué está ocurriendo. Y lo que está ocurriendo es que Manuel, está siento víctima de un “fraude de identidad”.
Aunque el nombre es ficticio, el caso es real. Lo cuenta Francisco José Peláez de Penaltech, un despacho de abogados especializado en Derecho Penal y Ciberdelincuencia.
Francisco asegura que Manuel no es el primero ni será el último. En su bufete llevan casos que se producen en todos los lugares de España, desde Galicia, a Cataluña y hasta Melilla. Es el fraude de suplantación de identidad y “cada día se dan más y más casos”.Todo comienza como le ocurrió a Manuel. Una persona un día recibe una carta del Juzgado “diciendo que está acusada de un delito de estafa y no tiene ni idea”.
Manuel recibió varias cartas y se le imputaban tres presuntas estafas en un mismo banco. La primera petición que “le hicimos al llegar al despacho es que se fuera al banco, diera sus datos y preguntara qué productos tenía a su nombre en la entidad”. La respuesta fue mareante para Manuel. Cuando llegó “traía una cara de estar muy asustado, en el banco le habían dicho que tenía abiertas 15 cuentas bancarias a su nombre, en las que se había depositado mucho dinero”.
Dinero, como explica el experto, “usado para estafar a otras personas” y la situación llegó a tal extremo que a Manuel, “lo interceptaron incluso en un aeropuerto porque había una orden de búsqueda en su contra”.
El caso ha sido complicado y de tal magnitud que esas tres estafas iniciales fueron en aumento.
Cómo se produce la estafa de la suplantación de identidad: Portales de compra-venta o webs de alquiler, algunos de los cebos de los estafadores
Normalmente, cuando pasa lo que le ha ocurrido a Manuel, estas personas tienen algo en común. Han hecho algún tipo de transacción de compra, venta a través de una web o aplicación de venta de productos de segunda mano.
Ahí es donde han sido estafados por el verdadero estafador. Por ejemplo, “vas a comprar una televisión que es buena, bonita y barata, alarmantemente barata”. Durante el proceso de compra el vendedor “te pide que pagues la mitad del dinero y la otra mitad te explica que como garantía y seguridad se pagará al recibir el producto”.
Además, te propone “intercambiaros el carné de identidad para certificar que cada uno es quien es y ahí ya te tiene en sus manos”.
Resultado, de la televisión que pretendías comprar, nunca más se sabe, pero “tus datos ya están en manos del estafador, que los usa para abrir numerosas cuentas online en bancos con los que engañar a otras personas y hacerlo con tu nombre”.
El final, de esta angustiosa historia, ha sido un final feliz. Manuel ha podido volver a respirar, porque “conseguimos acreditar que él no era la persona que había abierto esas cuentas bancarias, que no tenía absolutamente nada que ver y al final se cerraron todos los procedimientos que había en su contra, absolutamente todos”.
La pandemia, un antes y un después para la ciberdelincuencia
Como la historia de Manuel, hay muchas en el despacho, tal y como explica Francisco José Peláez. Lo curioso es que “desde la época del confinamiento ha habido un aumento bestial de todos los delitos relacionados con las tecnologías no hacen más que crecer”.
Sobre todo se trata de delitos “relacionados con el patrimonio, es decir, relacionados con el dinero que tenemos en nuestras cuentas bancarias”.
Y es comprensible, “si tú te peleas conmigo, si utilizas una navaja para acuchillarme, eso lo haces en un espacio de tiempo y físico concreto”.
Ahora, con la ciberdelincuencia “una persona que está en Senegal o en China puede mandar 30.000 SMS a 30.000 personas que se encuentran en España diciéndole que accedan a este enlace, que su cuenta bancaria ha sido bloqueada” y siempre “alguno picará, es cuestión de estadística”.
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