"Una llamada, setecientos kilómetros, y un pequeño camión": El gesto solidario de los vecinos de Lebrija con los afectados por la DANA

Es el mayor desastre natural de la historia de este país. Ni la catástrofe de Biescas, aquel mes de agosto de 1996 que arrasó un camping y dejó 87 muertos. Ni la gran riada del 14 de octubre de 1957, en la cuenca del río Turia, a su paso por la ciudad de Valencia.

La DANA ha dejado más de doscientos muertos en Valencia (y lo peor es que esta cifra no es definitiva. Lo peor es que cuando leas este reportaje, habrá subido). Valencia se ha convertido en el infierno en la tierra.

DESDE LEBRIJA HASTA VALENCIA

Pueblos como Torrent, Paiporta, Sedaví, Chiva, Cheste, Utiel y Requena viven aislados. Buscando a familiares desaparecidos en barrios devastados, entre montañas de coches que fueron arrastrados por la fuerza del agua.

Los vivos no tienen luz por la noche. Y además de haberlo perdido todo, se sienten vulnerables. Porque hay ladrones que aprovechan para robarles lo poco que les ha quedado.

Algo más de setecientos kilómetros separan el municipio valenciano de Sedaví del pueblo sevillano de Lebrija. A pesar de la distancia, Antonio, uno de sus vecinos, sentía un enorme dolor cuando escuchaba las noticias por la radio. “No podía quedarme quieto.”

LA RESPUESTA DE LOS VECINOS

Antonio tiene un camión. Y entonces se le ocurrió la idea. “Llamé a un vecino y le dije que podíamos llenarlo con el resto de vecinos del pueblo y llevarlo a Sedaví”. Han acondicionado una pequeña nave. En la puerta, una gran bandera de España en la que se puede leer: "Desde Lebrija hasta Valencia"

Para garantizar que la ayuda llegará a su destino, el propio Antonio se encargará de conducir el camión hasta Valencia. “Hemos hablado directamente con el alcalde de Sedaví. Le hemos llamado para entregar la carga y que no se pierda nada”.

Mucha gente traía lo que tenía en su casa, llegaban con los productos fríos porque los acababan de sacar del frigorífico.

Antonio

Impulsor de la iniciativa "De Lebrija a Valencia"

La voz empezó a correrse por Lebrija. Y los vecinos respondieron: “La respuesta de los vecinos ha sido increíble. Incluso ha habido gente que traía lo que tenía en su casa, llegaban con los productos fríos porque los acababan de sacar del frigorífico. Ayer estaba todo cerrado porque era festivo, y aun así querían ayudar”.

En las últimas horas, las bolsas se van acumulando. Casi no queda sitio para guardar todo lo que va llegando. Unos organizan lo que llega. Otros, van guardándolo para cargarlo en el camión de Antonio: "pañales, comida no perecedera, ropa, incluso peluches para esos niños que se han quedado sin nada".

Es un granito de arena. Pero suma. Todo suma. Y eso Antonio lo sabe. Por eso asegura que una vez que regrese de Valencia, quiere seguir recibiendo ropa y enseres para hacer más portes.

TODO SUMA

Antonio lo tuvo claro desde el principio. Valencia está muy cerca. “Somos pueblos vecinos. No puedo quedarme con los brazos cruzados. Hay mucha gente que lo ha perdido todo. Y nosotros podemos ayudarles”. 

La de Antonio es sólo una de las muchas historias solidarias. Historias que demuestran que en los peores momentos, sale lo mejor de las personas. De las buenas personas.