GASTRONOMÍA
El infalible truco para que los filetes empanados queden perfectos
Descubre los secretos de una de las recetas de siempre
Sevilla - Publicado el
3 min lectura
Es una de las recetas más sencillas que existen. Por si fuera poco, hemos crecido viendo a nuestras madres y abuelas prepararlas. Y sin embargo, son muchas las ocasiones en que elaboramos filetes empanados y el resultado se parece poco a aquellos filetes empanados que nos preparaban de pequeños para pasar un día en el campo.
Uno de los errores más frecuentes a la hora de preparar este plato, es que el empanado se despega de la carne. Y al final terminamos tomando un filete con trozos de empanado sueltos en el plato. ¿Por qué ocurre esto?
CÓMO CONSEGUIR EL EMPANADO PERFECTO
Bien, tenemos que saber que la palabra "Empanar "significa "envolver en pan". Por tanto, debemos saber que los filetes empanados debemos empanarlos siempre con pan rallado. Si los empanamos solo en harina y nos olvidamos del pan rallado, el resultado no será el mismo. Algo a tener en cuenta, podemos rallar el pan nosotros mismos.
Para hacer un empanado perfecto, necesitamos un plato bien hondo donde vertiremos el pan rallado y sobre el que empaparemos los filetes. ¿Qué conseguiremos? Que el filete quede totalmente envuelto en pan. Otras veces, nuestros filetes tienen grumos, algo que podemos evitar con un sencilo y rápido paso: tamizando la harina.
IMPORTANTE: QUE LA CARNE QUEDE TIERNA
El infalible truco para que nos quede tierna es golpearla con un martillo de espalmar. Si no tenemos, podemos hacerlo con el mortero. Gracias a este truco conseguimos romper las fibras musculares del cerdo, el pollo o la ternera y ‘estirar’ la carne.
Otro consejo es macerarlos la noche antes para que los filetes se impregnen de sabor. Podemos aliñarlos con sal, ajo, perejil, pimienta y zumo de limón. Los metemos en un plato hondo o una bandeja con este aliño y los dejamos toda la noche en el frigorífico tapados. Por la mañana los sacaremos, los pasaremos por huevo batido y pan rallado.
CRUJIENTES Y JUGOSOS
El rebozado de toda la vida es siempre un acierto. Para prepararlo, necesitamos harina de trigo, huevo y pan rallado. Gracias al pan conseguiremos que nuestros filetes queden crujientes.
Queremos que el resultado sean unos filetes empanados que están crujientes por fuera y jugosos por dentro. Para conseguirlo, el truco está en la temperatura del aceite y el tiempo de fritura. Uno de los infalibles consejos de nuestras abuelas es freírlo en aceite de girasol para conseguir un sabor más suave.
LA FRITURA SIEMPRE CON ACEITE LIMPIO
Si elegimos el aceite de oliva, es recomendable que sea suave para que no "tape" el sabor de la carne. Usemos uno u otro, lo importante es que esté limpio. Normalmente, en la tercera tanda empieza a ensuciarse. Lo ideal sería cambiar el aceite, limpiar la sartén y añadir un aceite limpio.
La temperatura del aceite es también muy importante. Añadiremos en la sartén una cantidad abundante de aceite, suficiente para cubrir los filetes. Una vez que esté muy caliente - a unos 170 grados aproximadamente-, añadimos los filetes.
En unos tres o cuatro minutos tendremos unos filetes deliciosos. Una vez que hayamos empanado los filetes, los colocaremos sobre un plato o bandeja que previamente habremos cubierto con papel de cocina. De esta forma, eliminaremos la grasa sobrante. El resultado, unos ricos filetes crujientes que podemos tomar también fríos, ya que resultan igualmente deliciosos.
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