Sonidos imprescindibles de la Semana Santa en Almería

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Cómo si de las notas de una marcha se tratase, la pasión recorre Almería dejando sonidos que, desde el más sencillo al más complejo, son patrimonio inmaterial de nuestra Semana Santa.

Sonidos que nos cuentan la ilusión en la voz de un niño hebreo el Domingo de Ramos, un torrente de aplausos y vítores en Regiones y Los Ángeles o el crujir de la madera en el momento de la Santa Cena.

Almería suena a paso largo y a Gran Poder mientras un quejío suena en la voz del saetero, que las cornetas y tambores ya anuncian que la Salud y la Pasión vienen de Oliveros.

¡A Dios por el Amor! Que los martes suenan a bullicio de barrio en el momento de la Coronación y hasta el silencio suena, roto por un tambor destemplado que grita Perdón.

Suena a un Calvario de corazones encogidos cuando Jesús Cautivo se abre a su ciudad, a tintineo de campanillas de Esperanza y a un ole torero que suena a Macarena.

A miles de voces esperando el Encuentro, a Réquiem por su Buena Muerte y a Consuelo de las Penas en un Jueves Santo con sonido a recuerdo.

Se termina un año más, y entre motetes y saetas vuelve la Soledad de dejar a su hijo en el Sepulcro de su Santa Caridad.

El sonido más hermoso se guarda para el final, el de las campanas que anuncian que el Señor de la Vida ha vencido a la muerte, ¡Resucitó!