SALUD

Estos son los consejos que tienes que seguir para evitar las intoxicaciones alimentarias

Estas intoxicaciones son un clásico del verano

Comida en mal estado

Redacción COPE Sevilla

Sevilla - Publicado el - Actualizado

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¿Por qué se estropea más la comida en verano? Hay varios factores que lo explican y que hacen pensar en que es fundamental en estas fechas aumentar las medidas de precaución para evitar las intoxicaciones que suelen ser más frecuentes en verano y lo que es más importante, son también más graves.

Así lo confirman los expertos de la organización de consumidores OCU, quienes afirman que los datos oficiales hablan de una mayor incidencia de las intoxicaciones por consumo de alimentos en el hogar que fuera de él.

Es decir, que en casa no debemos relajarnos y pensar que estamos libres de peligro sino todo lo contrario.

¿Cómo llegan a producirse? ¿Por qué se “estropean” los alimentos más en verano?

Durante las vacaciones nuestras costumbres a veces cambian y por ejemplo nos saltamos horarios, comemos fuera, o a veces descuidamos algunas medidas de higiene. Además a eso tenemos que sumarle que las altas temperaturas propias de la época favorecen el crecimiento de microorganismos en los alimentos y la cadena del frío se puede romper más fácilmente.

Las principales causas que explican que los gérmenes aparezcan en nuestra vida son estas.

Por un lado la elevada temperatura. De hecho la mayoría de las bacterias se reproducen de forma óptima a 37º. Para dificultar su proliferación se deben mantener por debajo de los 5º aquellos alimentos que deban estar refrigerados y, por otro, alcanzar al menos los 65º durante dos minutos al cocinarlos.

Otro aspecto a tener en cuenta, los nutrientes y la humedad: donde hay restos orgánicos, si además hay humedad, es más fácil que se reproduzcan los gérmenes.

Y por último no nos olvidemos del tiempo. Algunas bacterias se dividen muy rápidamente, y en poco tiempo pueden alcanzar un número lo bastante importante como para provocar daños en nuestro cuerpo.

Qué medidas adoptar para evitar intoxicarnos

La forma más eficaz de reducir riesgos es ser especialmente cuidadosos en verano y aplicar este decálogo de medidas a las que hace referencia la OCU.

1. Extrema tu higiene personal. Lávate cuidadosamente las manos si vas al baño, si tocas animales, plantas, tierra etc. Y siempre antes de manipular alimentos.

2. Después de cocinar, refrigera la comida cuanto antes, no la dejes a temperatura ambiente, ya que es la más peligrosa.

3. Si sales al campo o la playa, lleva la comida en recipientes muy limpios y herméticamente cerrados. Mantén fresca la nevera o cesta con la comida, con acumuladores o una bolsa de hielos, o refrigera con agua del mar o río.

4. Las sobras de comida, a la nevera… o a la basura.

5. Deja los alimentos tapados y bien protegidos: así evitarás las visitas de los insectos, que pueden transmitir la intoxicación.

6. Evita la contaminación cruzada: tablas, platos o cubiertos que hayas usado con alimentos crudos, no los utilices otra vez con los cocinados sin haberlos lavado. Usa cubiertos limpios al servir las salsas, ensaladas o guisos.

7. Recalienta solo la porción que se vaya a consumir

8. En la compra, deja para el final los alimentos que necesitan refrigeración y date prisa para volver a meterlos en frío.

9. Ten especial cuidado con los productos con salsas, con mayonesas, con los asados y con las preparaciones que incluyen alimentos cocinados y crudos a la vez.

10. Si estás en un lugar donde el agua no te ofrezca garantías, tómala embotellada y sin hielo. Ten cuidado en ese caso también con las verduras frescas y los moluscos.

Si a pesar de todas estas precauciones caes enfermo recuerda estas claves para sobrellevar de la mejor manera posible una intoxicación:

Síntomas de una intoxicación alimentaria

La rehidratación es fundamental. Toma suero comprado o un preparado alcalino casero que puedes preparar fácilmente ; mezcla un litro de agua, 1/2 cucharadita de sal y 1/2 de bicarbonato sódico, dos cucharadas de azúcar y el zumo de un limón .

Si el afectado es un niño, un anciano o una persona de riesgo y no mejora en 12 horas, hay que ir al médico. Los adultos sanos pueden esperar un poco más.

Si la fiebre es más alta de 38 °C, o se presentan vómitos o diarreas sanguinolentas también debes acudir a un profesional sanitario.

Una vez que ha pasado lo peor y ya no se registran vómitos, hay que ir empezando a comer de manera suave: una dieta blanda y astringente, arroz cocido, patata o zanahoria cocida, caldos o sopas .