El Ingreso Mínimo Vital llega en junio a 52.210 hogares sevillanos y a un total de 164.847 personas
Francisco Toscano, lo ha valorado como "un avance social" porque "viene a garantizar las condiciones de una vida digna para las familias, especialmente para los menores"
Sevilla - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
El Ingreso Mínimo Vital (IMV) ha alcanzado los 52.210 hogares sevillanos en los que viven 164.847 personas, según la estadística publicada por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) del pasado mes de junio. En Andalucía, el IMV ha alcanzado a 198.023 hogares andaluces, con un total de 612.453 personas.
El subdelegado del Gobierno, Francisco Toscano, lo ha valorado como "un avance social" porque "viene a garantizar las condiciones de una vida digna para las familias, teniendo especialmente en cuenta a los menores".
Además, ha recordado que esta prestación "llegó en el peor momento de la pandemia para mejorar la vida de las familias, junto con los efectos negativos que causó la guerra de Ucrania en los hogares". En este sentido, ha hecho hincapié en que el Ingreso Mínimo Vital "es una prestación que impulsa la prevención del riesgo de pobreza y la exclusión social de las personas que viven solas o están integradas en una unidad de convivencia y carecen de recursos económicos básicos para cubrir sus necesidades".
Esta prestación, que abona la Seguridad Social, está teniendo una especial incidencia en la reducción de la pobreza infantil puesto que, del total de beneficiarios en Sevilla, un 39,9% son menores (65.833). Además, si se tiene en cuenta el número de hogares, en más del 73,77% hay, al menos, un menor (38.513) y del total de beneficiarios, el 53,2% son mujeres (87.710).
Con el inicio del año 2023 entró en vigor el incentivo al empleo, que refuerza el conjunto de políticas que componen el IMV y que se orienta a que el beneficiario que se incorpore al mercado de trabajo o aumente el número de horas de empleo, en el caso de que ya esté trabajando, vea garantizada que su renta disponible sea superior a la que habría tenido sin incentivo, con un incremento que se va atenuando a medida que los rendimientos del trabajo aumentan. El incentivo se calcula de oficio cuando se revisa el IMV, en el supuesto de que haya cambios en los ingresos del trabajo del perceptor.